La restauración de la torre de homenaje del Castillo de Matrera ganó el pasado martes 12 el premio internacional Architizer Award en la categoría de Conservación. La polémica pero correcta intervención fue seleccionada junto a otras obras repartidas por todo el mundo -de unos 100 países- por un jurado formado por 300 expertos que también eligieron a los cinco finalistas en cada categoría. Por votación popular Matrera resultó la ganadora, para satisfacción de su autor, Carlos Quevedo, que todavía se sorprende por la mediática repercusión de un trabajo que ha macerado durante cinco años. Para celebrarlo acudirá a la gala de entrega el próximo 12 de mayo en Nueva York.

-¿Cómo se siente con esta distinción tras la polémica surgida con su proyecto en Matrera?

-Estamos muy contentos, supone un enorme reconocimiento a un trabajo de cinco años en el que le hemos puesto mucho entusiasmo.

-¿Qué tiene que decirles a aquellos que tachan su proyecto de demasiado intervencionista, asociaciones por la defensa del patrimonio incluidas?

-Cada proyecto, y especialmente de intervención en el patrimonio, tiene unas circunstancias específicas y concretas. Un entorno específico, unas patologías específicas, unos valores patrimoniales específicos o una función específica. En el caso de la torre del homenaje de Matrera la intervención se puede resumir en una consolidación estructural de unos elementos emergentes (muros sur y oeste) que sufrían un grave riesgo de colapso -sobre todo en sus coronaciones- tras el último derrumbe sufrido en 2013. Por lo tanto los volúmenes añadidos (contrafuertes) se proyectan por una cuestión puramente estructural de consolidación y no por un capricho formal.

-También han criticado el material usado y el impacto en el paisaje.

-El material que hemos utilizado para la consolidación en los núcleos de los refuerzos es la misma piedra caliza reutilizada tras el colapso parcial de la torre. En el revestimiento exterior hemos utilizado, tras varias pruebas, caracterización de materiales y comparación con los elementos existentes, un mortero de cal blanco, y hemos retranqueado 15 centímetros respecto al paramento del elemento original. De esta forma, garantizamos los criterios de intervención de compatibilidad y reversibilidad. Ésta es siempre relativa cuando se trata de una consolidación estructural de muros de tres metros de ancho.

-¿Cómo se encontró la torre de Pajarete antes de actuar?

-El trabajo comenzó en 2011 con un informe sobre el estado de conservación del inmueble (torre del homenaje y recinto amurallado) en el que. tras un exhaustivo análisis histórico, constructivo y patológico, se realizó un diagnóstico donde se concluyó el grave estado estructural en el que se encuentra la torre. A partir de aquí, se instó a la propiedad a la realización del proyecto de la consolidación de la misma, que redactamos y presentamos produciéndose el colapso de la misma antes de iniciar las obras.

-Tras el derrrumbe tuvo que cambiar su proyecto...

-Sí. A partir de aquí hubo que reformar por completo el proyecto ya que los elementos que quedaron en pie trabajan de forma diversa estructuralmente. Era un proyecto complejo desde el inicio y hemos cuidado mucho los detalles.

-Si afrontara el proyecto de nuevo, ¿lo haría igual?

-Sí, por supuesto. El proyecto ha sido fruto de muchas horas de análisis y reflexión durante todo el proceso, desde el informe final hasta decisiones durante la ejecución de las obras, es decir, no hay nada fortuito.

-Para llevarlo a cabo, ¿se puso en contacto con gente de la zona, u otros expertos?

-Contactó con nosotros la propiedad porque sabía que estábamos especializados. Yo aababa de llegar de estudiar dos años de restauración en la Universidad de Roma, tras otros dos másteres en patrimonio e investigación previos.