Cultura

Entre expectación y decepción

XV Concierto de la Temporada de Abono. Teatro Cervantes. Fecha: 7 de junio. Programa: 'Elegía eroica', A. Casella; 'Concerto grosso para cuarteto de cuerda y orquesta', J. Orbón; y 'Sinfonía nº2 en mi menor', Op.27, S. Rachmaninov. Intérpretes: Orquesta Filarmónica de Málaga y Cuarteto Quiroga. Director: Francesco La Vecchia. Aforo: Media entrada.

Lamentablemente, no parece que la labor pedagógica que se había propuesto la Orquesta Filarmónica de Málaga en esta etapa que toca a su fin haya calado demasiado en un público que ofrece una resistencia impropia a la novedad. La presencia en el programa de los casi ignotos Alfredo Casella y Julián Orbón provocó que el Cervantes registrara una pobre entrada en este penúltimo concierto de abono, que contó con la dirección invitada del italiano Francesco La Vecchia. Precisamente, La Vecchia ha grabado gran parte de la obra orquestal de Casella, cuya Elegía eroica abría el concierto. También es cierto que difícilmente se puede imaginar un comienzo más decepcionante. El complejo equilibrio de la partitura apenas se atisbó, entre los errores de bulto de los primeros compases -que pusieron de manifiesto las debilidades de una orquesta que ha tenido ocasiones más felices- y la excesiva segmentación del desarrollo. Una sensible mejoría, aunque sin alcanzar ni de lejos un sonido redondo y definitivo, se pudo apreciar en el Concerto grosso para cuarteto de cuerda y orquesta de Julián Orbón. La obra de Orbón suena a música del nuevo mundo. Ecléctica y asequible, destila, no obstante, buenas dosis de personalidad. Por su parte, el Cuarteto Quiroga, que tan buen recuerdo dejó hace dos años en el festival de contemporánea, confirmó su contrastada calidad, haciendo un excepcional segundo movimiento.

El trasfondo de ejemplaridad moral que late en la integridad estética de Rachmaninov impregna sus obras de una verdad intemporal. Su Sinfonía nº 2 congregó en la segunda parte el sentimentalismo ruso y el refinamiento italiano en manos de La Vecchia, cuya elegante dirección estuvo limitada, de nuevo, por una desigual ejecución, salvada por la calidad de los solistas y la sección de cuerdas.

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