Con un mosaico de símbolos, Catalina Obrador (Mallorca, 1977) compone su imaginario estético. Y en su primera exposición en Andalucía la artista mallorquina recala en la galería malagueña Javier Marín para mostrar el comienzo de su diccionario de iconos. Hasta el 18 de julio exhibe Flash me, una veintena de dibujos a tinta china y óleos en los que sintetiza su visión de la realidad en imágenes acompañadas de frases recurrentes. "Las escucho en la calle, la radio o en conversaciones con amigos y muchas me inspiran cierto carácter pesimista o derrotista", expresa Obrador.

Junto a escenas de amor tatuadas en un torso, ninfas, caballos, ánforas, tránsito intestinal, corazones, cabezas huecas y cruces, la artista estructura, a modo de jeroglífico, historias perfiladas con frases como Yo me daría a quien me quisiera. En una de las piezas, sobre madera unas alas de tinta china se despliegan pobladas de lentejuelas. Otro símbolo de que todo lo que brilla se traduce en glamour, "da igual que lo vendan en los chinos", ironiza.

La mujer y el erotismo presiden la mayoría de las imágenes; la escritora Virginia Wolf monopoliza uno de los dibujos, Las tres virginias, acompañado de escenas más lúgubres como la de un rostro lánguido tatuado de cruces y junto a él, otro lugar común, El tiempo lo cura todo.

La artista ha dedicado los tres últimos años de su trayectoria a trabajar con la simbología. "En cada exposición inauguro un capítulo nuevo y ésta he querido llamarla Flash me por reflejar un instante muy rápido, el aquí y ahora", resume. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Cuenca, Obrador ha participado en perfomances, revistas y colectivos como La Mancha Revolution, junto a Juan Ugalde, Iván Pérez y Dionisio Cañas. De la mano de la galería Rafael Pérez Hernando ha acudido a las ferias de Colonia y Chicago.