Cultura

La herida y el silencio

  • David Escalona y Chantal Maillard rastrean los márgenes de la Historia en 'Dónde mueren los pájaros', que se inaugura el viernes en Isabel Hurley

El diálogo creativo que desde hace años mantienen David Escalona (Málaga, 1981), uno de los más firmes y asombrosos valores del arte contemporáneo español, y la poeta y pensadora Chantal Maillard (Bruselas, 1951), Premio Nacional de Poesía por Matar a Platón y referencia clave de la filosofía en el presente, ejerce ya, por derecho, la función de un caleidoscópico balón de oxígeno en el que el incauto puede renovar su aliento y, necesariamente, practicar el sano ejercicio de hacerse preguntas. Desde que Escalona presentara sus primeras exposiciones, la influencia que el pensamiento de Maillard ha ejercido en su obra ha sido aireada, celebrada y manifestada por el artista, pero ambos celebran ya el mano a mano con criterios de inspiración mutua y con vínculos poderosos a la hora de mirar el mundo. El último fruto de esta colaboración, en forma de exposición, lleva por título Dónde mueren los pájaros y se inaugurará el próximo viernes 6 en la Galería Isabel Hurley de Málaga, donde podrá verse hasta el 31 de julio. Confluyen aquí la poesía, el dibujo, la escultura y la instalación, pero sus artífices lanzan esta advertencia: "Este proyecto no puede calificarse ni de inter-disciplinar ni de inter-personal. Es más certera la aplicación del prefijo trans, que va un paso más allá del intercambio basado en la complementariedad de dos partes".

Preguntada ayer por la naturaleza de la propuesta, Chantal Maillard respondió así a Málaga Hoy: "Dónde mueren los pájaros es la pregunta que una vez me hice, asombrada, al darme cuenta un día de que siempre veía pájaros vivos, en vuelo o piando en los árboles o recogiendo migas, pero que no tenía idea de cómo morían: si caían en vuelo, o de la rama de un árbol, o de otra manera. Así pasa con todos aquellos seres que no vemos, cuya herida no está a la vista. Dónde mueren los pájaros trata del inocente: los silenciados, los olvidados, los invisibles, el que muere y también, a veces, el que mata, pues todos compartimos la misma herida, y es importante que lo sepamos".

Por su parte, Escalona señala que Maillard y él han puesto en marcha la exposición "con la inquietud de prestar o amplificar la voz de los silenciados, de todas aquellas víctimas olvidadas en los márgenes de la Historia y sin embargo insoslayables". Admite el artista que "quizá" ambos han partido "de ese pathos latente en las fallas de la Historia, accidentes ya advertidos por pensadores como Aby Warburg o Nietzsche, sismógrafos que acabarían enloqueciendo". En todo caso, el artista y la poeta se han dejado atravesar por ese pathos trans-histórico "para hacer nuevas relecturas, para mostrar un ápice de aquella realidad espectral irrepresentable con la que convivimos día a día, la de una herida que es común; una herida que es la misma de todos, fruto de las tensiones y conflictos, de la violencia humana desorbitada". "Qué herida no es de guerra y venida de la sociedad entera", se pregunta Escalona recordando a Bousquet, "el poeta-soldado, que se hizo esta misma pregunta desde la cama en la que discurrió su vida tras ser alcanzado por una bala durante la Primera Guerra Mundial". De esta forma, añade Escalona, Dónde mueren los pájaros es "un lugar extraño, es la tierra de nadie donde, a través de la poesía, el dibujo, la escultura y la instalación, invitamos a reflexionar, desde la compasión, acerca de la Historia del Hombre; la historia de un perpetuo crimen".

En cuanto a los procedimientos compartidos por Maillard y Escalona, el artista señala que "no se trata de ilustrar un poema, ni de interpretar mediante palabras una obra plástica, sino de romper con los esquemas habituales y propiciar un ámbito, ya sea físico o mental, atravesado por multiplicidades, confluencias, ecos o resonancias, que invite a la reflexión. Es importante evidenciar la convivencia entre diferentes disciplinas artísticas que se ha dado a lo largo de la historia y que no obstante suelen ubicarse por separado, en compartimentos estancos". De cualquier forma, "las obras aquí reunidas no son más que huellas residuales de un encuentro propiciado a través de la metáfora; huellas que son el testigo que los creadores ofrecen al espectador para que continúe conformando, conformándose, según sus necesidades, expectativas o deseos; y así pueda encontrar una respuesta o plantear nuevos interrogantes".

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