Arte

A este lado de la inspiración

  • Mercedes Gómez-Pablos regresa a la Sociedad Económica de Amigos del País 57 años después de su anterior exposición en Málaga

Era, tal y como ella misma señala, "una artista adolescente" cuando Mercedes Gómez-Pablos (Palma de Mallorca, 1940) presentó su exposición en la malagueña Casa del Consulado, más conocida hoy por ser la sede de la Sociedad Económica de Amigos del País, en 1960. Poco antes había protagonizado su primera muestra temporal en la galería Club Urbis de Madrid, y cuando decidió probar suerte en otras ciudades fue este enclave del corazón de Málaga el que, de la mano del poeta y académico de San Telmo Alfonso Canales como primer responsable, le abrió sus puertas. El envite no salió precisamente mal: ya al año siguiente, en 1961, logró exponer el Museo de Arte Moderno de París, ciudad en cuya galería Paul Cézanne protagonizó otra muestra en 1964 presentada por José Bergamín y André Malraux. En 1966 fue objeto de una exposición en Nueva York y en 1967 hizo lo propio en Buenos Aires, pero la capital gala continuó reclamando su obra y la pintora, adscrita ya sin fisuras a la Escuela de París, decidió trasladar allí su residencia. Podría decirse que en Málaga empezó todo, y la posibilidad de que la ciudad acogiera una nueva exposición de pinturas de Gómez-Pablos llevaba años barruntándose. Finalmente, la misma Sociedad Económica de Amigos del País inauguró ayer en su emplazamiento de la Plaza de la Constitución una muestra antológica con 35 pinturas que podrán verse hasta el 27 de mayo. La propia artista acudió ayer a la presentación acompañada del alcalde, Francisco de la Torre, y demás autoridades así como de otro académico de San Telmo, Francisco Carrillo, que es quien ha obrado el milagro de un nuevo capítulo para Gómez-Pablos escrito en Málaga.

En su breve selección, esta antológica abarca un considerable periodo desde Retrato de Katia (1959), pieza que ya estuvo en la primera muestra de Gómez-Pablos en la Económica hace 57 años y que resume así a la perfección esta historia de ida y vuelta, hasta obras recientes que formaron parte de la exhibición organizada el año pasado en la galería Lina Davidov de París. Abundan ciertamente los retratos, la recreación de arquitecturas rurales y urbanas, los bodegones y los motivos clásicos como las meninas, todo convenientemente tamizado en un registro personal próximo al expresionismo con un irresistible uso del color. Pero también hay espacio para bibliotecas y rincones de poetas, una querencia especial de la pintora, para cuya obra han escrito en catálogos y publicaciones autores de la talla de José Bergamín, José Ángel Valente, José Hierro y Camilo José Cela. "El primero de todos fue Alfonso Canales", recordaba ayer Gómez-Pablos: "Él fue el primer poeta que decidió escribir sobre mi pintura. Después vinieron todos los demás". La artista evocó ayer una Málaga, aquella en la pudo verse su obra por primera vez, "muy distinta de la de ahora, con una vida cultural mucho más apagada, menos atractiva. Pero aquella ciudad me brindó una oportunidad que resultó decisiva en mi trayectoria. Para una joven pintora de 20 años es muy difícil encontrar lugares que acepten exponer tus cuadros, así que volver ahora aquí, a este mismo sitio, es algo que me llena de emoción". Lo bueno, ya se sabe, a veces se hace esperar.

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