ocio

Un lugar ideal para interactuar con el arte

  • El Museo de la Imaginación está siendo uno de los grandes atractivos del Soho, superando las 8.000 visitas desde que abrió sus puertas al público en abril

Málaga es una de las ciudades que más avanza dentro del sector del arte, siendo la sede de edificios tan importantes como el Museo Picasso, el Centre Pompidou o el Carmen Thyssen. Además de ello, cada vez se arriesga más en obras rompedoras y el Museo de la Imaginación es un gran ejemplo de ello, mostrándose como una clara apuesta por un estilo que sobresale las líneas tradicionalmente preconcebidas, invitando al espectador a convertirse en un actor fundamental en cada una de las piezas que están expuestas.

La idea surgió a raíz de un matrimonio ucraniano que vivía en Sevilla y que posteriormente decidió trasladarse a la capital de la Costa del Sol. Tras ver que en Europa había varios museos de esta temática, apostaron por hacer uno similar aquí, abriendo sus puertas el pasado 28 de abril en la calle Martínez Campos, en pleno corazón del barrio popularmente conocido como el Soho. Nada más entrar, se puede contemplar una vitrina con muñecas de tela y una decena de fotos. Frente a la recepción, pocos metros más hacia adelante ya es posible contemplar algunos de los objetos perteneciente a la sala científica. Esta es una de las zonas más interesantes del museo, y en la que los efectos ópticos toman un mayor protagonismo. Un ejemplo es la pieza denominada como espejismo, en la que se crea un holograma, con la forma de una rana, proyectado por la apertura que se encuentra entre dos espejos parabólicos opuestos. Junto a este, se encuentra el cubo de los espejos, un agujero en la pared en la que los visitantes pueden meter su cabeza y ver su rostro repetidas veces en todos los ángulos, creando una sensación de vértigo e infinito.

En la sala de diversión y fotografía los visitantes podrán contemplar murales de películas

Esta sala es la que más invita a la interacción entre los curiosos que se acercan al museo, con obras como el espejo de la transformación en la que es necesaria la presencia de dos personas sentadas una frente a la otra, con la finalidad de formar un solo rostro conjunta con el reflejo de los dos. Y como no podía ser de otra manera, el 3D también cobra bastante protagonismo, con imágenes que están superpuestas con filtros de dos colores cromáticamente opuestos -rojo y azul-, percibiendo el cerebro una imagen tridimensional completa.

Las otras dos secciones en las que se divide los 450 metros cuadrados del centro artístico son la sala de sombras y efectos de luz, en la que los visitantes podrán toparse con su propia sombra en distintos colores y jugar con la linterna de sus teléfonos móviles para dibujar o escribir; y la Sala de diversión y fotografía, distribuida en varias partes.

En la primera de ellas, los visitantes podrán contemplar unos murales con personajes populares de películas como el Tyrannosaurus rex de las películas de Jurassic Park y Jurassic World, el mítico villano de Star Wars, Darth Vader, con su sable de luz rojo, o Gollum, de El Señor de los Anillos. Todas estas imágenes invitan al espectador a sentirse un actor más de estas películas.

Desde el 28 de abril, día en el que abrió sus puertas al público, el centro ha recibido más de 8.000 visitas, siendo uno de los puntos de mayor interés dentro del barrio del Soho. Mariya Grynchak, directora de comunicación, afirma que hasta la fecha, el perfil que más se ha dejado ver entre las paredes del edificio es "el familiar", aunque, añade, "también nos han visitado grupos de amigos universitarios o colegios para hacerse fotos y subirlas después en Instagram", comenta entre risas.

Para Grynchak, lo que hace realmente distinto a este museo es que "todo se puede tocar, es 100% interactivo y el uso de la cámara de fotos o el teléfono móvil es fundamental". Algo que queda evidenciado nada más llegar allí, ya que todos los visitantes aprovechan para inmortalizar una imagen en la habitación al revés.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios