Cultura

La madre de la artista

Teatro Cánovas. Fecha: 14 de enero. Compañía: Chonia Cía Flamenca. Baile: Asunción Pérez 'Choni'. Actor: Juanjo Macías. Cante: Alicia Acuña. Guitarra: Raúl Cantizano.

La gloria de mi mare es una obra teatral que se sirve del flamenco como vehículo para hacer una parodia de la figura de la madre de la artista. Podríamos decir que es una comedia flamenca, aunque, en realidad, cualquier otro género musical español podría adaptarse como pretexto.

Sirva esto para decir que el protagonista no es el baile flamenco, sino la magnífica interpretación de Juanjo Macías en su papel de Gloria, madre de la artista Estrella Jiménez, en la que proyecta sus deseos truncados de juventud. Este completo actor, con sus monólogos y su capacidad camaleónica, se gana al público y lo cautiva desde el principio, dejando en un segundo plano a la titular de la compañía, Asunción Pérez Choni, cuyo baile es interrumpido y eclipsado por exigencias del guión, lo que a veces se nos antoja innecesario para el desarrollo de la trama y redundante en lo humorístico.

Siguiendo con Choni, su baile de escuela sevillana es correcto, elegante y plástico en braceo, hombros y caderas, mostrándose inocente y coqueta en la guajira, jonda en la seguiriya con castañuelas y bata de cola -como se solía hacer en los cafés cantantes, medio en el que transcurre la obra- intachable en la caña con mantón, y sensual y exótica en lo poco que pudimos ver de la zambra; sin embargo, tanto en las alegrías como en las bulerías, la rapidez de los movimientos en los desplantes no consiguen la limpieza deseada. Sí hay que destacar su generosidad e imaginación como autora, y su calidad como actriz, ya que al ser su papel el de la hija sumisa que no habla, hace buen uso del repertorio gestual, además de ser capaz de seguir imperturbable con la seriedad de su baile aunque a su lado esté ocurriendo una escena hilarante. Raúl Cantizano y Alicia Acuña, son algo más que el guitarrista y la cantaora del café, pues también actúan y bailan.

En conjunto, la obra hace pasar un buen rato y consigue hacer llorar al espectador, primero de risa y luego de emoción, en un final muy bien trenzado que puso al público en pie.

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