Cultura

Cuatro manos para alumbrar un arte nuevo

  • La casa Phillips subastará en Londres el próximo día 10 el retrato del escultor Miguel Berrocal que realizó Andy Warhol en 1982

Lo que al final distingue a los grandes artistas es que siempre se vuelve a hablar de ellos. Mientras Málaga sigue sin contar con un lugar apropiado para contemplar la obra del escultor Miguel Berrocal (Villanueva de Algaidas, 1933 - Antequera, 2006) tal y como se merece, su influencia sigue siendo notoria, contrastada y celebrada a nivel internacional. Ocurre que Miguel Berrocal gozó en vida de un amplio reconocimiento: baste recordar que en 1968 fue condecorado por el Gobierno de Francia como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, una insignia que le concedió André Malraux; que durante su larga estancia en Verona acudieron a su fundición artistas como Miró, Dalí, Magritte y De Chirico, que parieron allí sus esculturas; y que buena parte de los más grandes artistas del siglo XX manifestaron su admiración y complicidad hacia el malagueño. Pero uno de los símbolos más notorios de esta posición es el retrato de Berrocal que realizó Andy Warhol en 1982. Mediante aquella mano maestra del genio del pop, el escultor vino a formar parte de la misma galería en la que ya figuraban Marilyn Monroe, Brigitte Bardot, Man Ray y toda la fauna de la Factory, convertido como ellos en un verdadero icono, tocado por un aura dorada de inspiración bizantina. Pues bien, esta obra de Warhol, y con ella el propio Berrocal, regresan a la arena de la actualidad. Y es que la casa de subastas Phillips ha anunciado que subastará la obra el próximo 10 de febrero, en Londres, en un lote que también incluye piezas de Fredrik Vaerslev, Lucien Smith, Urs Fischer, Christopher Wool, Gerhard Richter, Rudolf Stinger, Donald Judd, Kazuo Shiraga, Banksy, Damien Hirst, Robert Longo y Oscar Murillo, entre otros ases, hasta un total de 35 trabajos.

El retrato Miguel Berrocal fue compuesto por Warhol mediante una técnica mixta (con acrílico, serigrafía y polvo de diamante sobre el óleo), con unas dimensiones de 101,6 por 101,6 centímetros. La casa Phillips indica que la obra procede de una colección particular en Nueva York (existe otra versión en la colección permanente del Museo Andy Warhol de Pittsburgh) y señala como precio estimado entre 300.000 y 400.000 libras (365.800 y 487.500 euros). Pero lo más interesante es comprobar lo que indica el catálogo de la subasta para dar cuenta del modo en que Berrocal mantiene una consideración no precisamente menor en el mundo del arte.

Según este texto, "la serigrafía dorada de Warhol con la imagen del escultor español Miguel Berrocal conmemora el encuentro que mantuvieron en 1981 dos de las más populares figuras del arte del siglo XX". Y añade: "Sus enormes conocimientos de arquitectura y matemáticas capacitaron a Berrocal para la creación de obras que abarcaran los principios de la forma y el ensamblaje. Sus esculturas se resuelven en elementos encajados entre sí, conocidos como componentes, que pueden ser transformados en piezas únicas, hasta alumbrar objetos llamativos y fascinantes". Tras un breve apunte biográfico, Phillips recuerda en el catálogo que Berrocal "mantuvo una trayectoria distinguida e ilustre durante décadas", lo que le permitió "ver su obra expuesta en buena parte de Europa y Norteamérica, a través de exhibiciones contadas por éxitos. Su singular aproximación a la creación artística le hizo obtener un reconocimiento generalizado, mientras él luchaba por romper los límites de la escultura tradicional". Y cita expresamente una frase de Berrocal que resume a la perfección su filosofía: "El espacio vacío está tan vivo como el lleno. ¡Míralo!".

El encuentro entre Warhol y Berrocal se produjo ciertamente en 1981, en Nueva York, a donde viajó el segundo con motivo de su exposición en la galería Arnold Katzen mientras el primero le hizo algunas fotografías. El catálogo añade un apunte interesante: "Al igual que Warhol, Berrocal exploró el concepto de arte como producción de masas y se hizo eco de la cultura capitalista y consumista que alcanzó su apogeo en el siglo XX. Berrocal hizo su arte más accesible, y con mucho éxito, a través de las reproducciones que le permitían las artes gráficas. El estimulante mundo pop de Warhol sedujo a un público muy amplio, al que atrajo con sus brillantes serigrafías y sus coloridos retratos a gran escala de la élite de Hollywood en su época".

Este análisis en paralelo de Andy Warhol y Miguel Berrocal resulta excitante y revelador. Ambos artistas decidieron traspasar las leyes de las disciplinas artísticas a las que se consagraron mediante la puesta en juego de múltiples significados; pero, empeñados en evitar cualquier posible hermetismo que los alejara de su tiempo, mostraron un especial interés en compartir lo que hacían mucho más allá de los círculos académicos y artísticos, hasta conquistar aquello que llaman la gente. Hoy, la Fundación Miguel Berrocal recibe con asiduidad en su sede de Villanueva de Algaidas la visita de artistas, matemáticos, arquitectos y diseñadores, asombrados por cuanto el escultor reveló sobre la relación entre la materia y el espacio. De modo que aquella semilla, plantada en lo visible y lo invisible, sigue dando fruto. Y tanto.

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