Cultura

"Lo mejor para saber a dónde quieres ir es mirar hacia atrás"

  • El próximo sábado la artista canaria subirá al escenario del castillo Sohail de Fuengirola para presentar su último disco, 'A las buenas y a las malas', y un puñado de clásicos

Desde que sacó su primer álbum Lunas rotas en 1996, Rosana no ha parado de cosechar éxito en el mundo de la música con más de 6 millones de discos vendidos y más de 500 conciertos ofrecidos en Europa, Asia y América Latina. Su último trabajo, A las buenas y a las malas, salió a la venta el 14 de abril y cuenta con 13 temas con los denominadores comunes de siempre: amor, esperanza y optimismo.

-¿Qué vamos a ver el sábado en el castillo Sohail?

-Lo que más vamos a ver son unas ganas tremendas de que la gente se divierta y sonría para que todos se vayan a su casa con agujetas. Hasta hoy lo que más prima es eso, que la gente sonría y se divierta mucho.

-Dicen que lo difícil no es tener éxito, sino mantenerlo. ¿Cómo consigue mantener este éxito?

-No tengo ni idea. No sé hacer más de lo que hago, la música, porque es lo que más me gusta hacer en el mundo, es lo que me hace feliz. Lo que sí tengo claro es que no voy a hacer canciones ni conciertos como churros. Quiero dar aquello que a mí me gustaría recibir como público. Te puede gustar más o menos, pero una de las cosas que más hay que cuidar es la honestidad con la que entregas un trabajo.

-Recientemente se le pudo ver en una entrevista en televisión en la que salió un vídeo de Paula Vázquez recordando los viejos momentos cuando ambas coincidían en las salas de ensayo. ¿Qué le supone mirar hacia atrás?

-Mirar hacia atrás es la mejor referencia para saber a dónde quieres ir. Sirve para eso, para acordarte de quién eres, de dónde vienes, eso es lo que más me gusta. No sé si es mirar hacia atrás o mirar hacia adentro, pero siempre es un viaje.

-Con respecto a la fama, ¿nota que ha cambiado su entorno?

-De mis amigos ninguno tiene que ver con el espectáculo, aunque conozco a mucha gente de este mundo; pero lo que son amigos en mayúsculas, ésos siguen siendo los de siempre. Aunque si mañana me encuentro con alguno que se quiera dedicar a la música, bienvenido sea. En cualquier caso tiene que ser algo que parezca de verdad.

-¿Qué le inspira para componer?

-Me inspiro en las emociones que percibo en la calle. El hecho de ver a más o menos gente preocupada o triste, o de ver un informativo y comprobar que cuesta rascar una buena noticia. Supongo que es por el momento que estamos pasando, pero cada vez me preocupa más que la gente no sonría porque estamos muy empeñados en ver que hay una crisis económica y nos olvidamos del resto de las crisis que hay. De la crisis económica vamos a salir antes o después, pero me preocupa más la crisis de alegría. Cuando tienes un euro menos en el bolsillo, comes menos, pero cuando tienes una crisis mayor, de tristeza, deja más huella.

-En su nuevo single, Llegaremos a tiempo, habla del miedo. ¿De qué tiene miedo?

-Sólo reconozco un miedo, creo que lo tenemos todos: cuando muere alguien a quien quieres. Sobre todo porque es irreversible, porque cuando pierdes a la gente de otra manera hay opciones para volver a coincidir. Pero cuando alguien muere se va para siempre.

-¿Ha habido alguna situación en la que haya pensado rendirse?

-No me he encontrado nunca en esa situación. Me puedo rendir de boquilla, pero la verdad es que me regalo poco tiempo en ese aspecto. Lo importante es ese cobijo que todos tenemos, que es intransferible

-¿Se considera una luchadora?

-Sí, yo soy una luchadora, aunque no me peleo para serlo, para mí es algo normal. Para mí el optimismo y la lucha es algo genético, tanto en mi caso como en mi casa. Tengo esa aceptación de que todo pasa para algo mejor, estoy siempre abierta a la esperanza.

-¿Cómo se ve en diez años?

-Más mayor (ríe). La vida es un tramo que hay que caminar lo mejor posible. Me veo haciendo música porque es lo que más me gusta. Lo demás prefiero vivirlo en directo.

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