Cultura

"Cuando me muera se venderán unos 100.000 ejemplares de cada libro mío"

Rotundo, contestatario y de singular predicado, Álvaro Pombo contradice cualquier tesis sobre su literatura. Escribe como es y el resultado le ha hecho merecedor del beneplácito de crítica y público. Premio Nacional de la Crítica en 1990 y Premio Planeta en 2006, ayer presentó en Málaga Virginia o el interior del mundo (Planeta), y el poemario Los enunciados protocolarios (Fundación Lara).

-Su novela describe una sesión de el espiritismo, ¿con qué fin?

-Es sólo una vía a la que recurren los personajes cuando están desesperados. La historia es el retrato íntimo de una mujer y su amor fracasado. El espiritismo fue una práctica que se extendió a principios de los años 20 con idea de penetrar en un mundo en el que no hay nada. El hombre es un ser para la muerte.

-¿En su obra prevalece entonces la reflexión sobre la acción?

-Ésta es una novela con poco acción física y mucha intrínseca, reflexiva. Hay dos maneras de leer, en superficie, o sea en vertical, y en horizontal , en profundidad, con voluntad literaria. Yo defiendo esta última, la que cuenta una peripecia interna.

-Presenta además el poemario 'Los enunciados protocolarios' , ¿a qué responde el título?

-Los enunciados protocolarios son importantes en la ciencia porque permiten disponer de un lenguaje lógico unívoco. En mi lenguaje puede ser por ejemplo ¡Oh adrede Carrefour y otras grandes superficies de mi inservible corazón!, lo utilizo en un sentido irónico.

-Suele decir que cuando se muera se hará un 'revival' de su poesía...

-Cuando yo muera venderé al menos 100.000 ejemplares de cada libro. No es algo terrible es cómico.

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