Cultura

El nacimiento del paisaje

Decía Bianchi Bandinelli, el eminente arqueólogo, que a él le hubiera gustado descubrir el origen del paisajismo chino, todavía dudoso en el siglo VI de nuestra era, pero seguro ya en el siglo VIII, en tiempos de la dinastía Tang que aquí se estudia y se recoge. Un paisajismo que sólo en el XV-XVI se extendería por Occidente, por Italia y Flandes, y ello a pesar del obvio precedente del mundo clásico. En este sentido, Salvatore Settis recordaba que a la cultura china no le importaban los vestigios físicos, y sí el transcurrir del tiempo, figurado en el agua, el viento y el paisaje. También el sinólogo Simon Leys hablará de la caligrafía china como verdadero monumento, como vestigio vivo y esencial de aquel país milenario, contraponiéndola así a la costumbre occidental, más inclinada al acopio y la ordenación de las ruinas.

El hecho es que esa veneración por la obra escrita, más la inclusión del paisaje en el orbe ideológico del hombre, es lo que hallamos ya en estos Trescientos poemas de la dinastía Tang (siglos VII-X), acopiados por Sun Zhu en el siglo XVIII, y cuya traducción al español debemos a la formidable sabiduría y al refinado lirismo del profesor Guojian Chen. No es necesario, por otra parte, insistir en el continuado influjo que la poesía oriental ha tenido en Europa desde tiempos de Goethe. Y es este perdurable magisterio de Li Bai (el viejo Li Po de las traducciones francesas), de Du Fu, de Wang Wei, de Bai Juyi, de Li Shangyin, de Meng Haoran, de numerosas y prominentes voces, el que se ofrece aquí al lector, con un hermoso laconismo, ya sea en forma de evocación, de paisaje, de estampa cortesana o de cantar de frontera. ¿Leyó Goethe al Wang Wei que escribe una Respuesta al poema del señor prefecto Zhang? Sus recuerdos nocturnos de Venecia así nos lo sugieren. El gran Li Bai, al retratar a su maestro Meng Haoran, escribirá, en la primera mitad del siglo VIII: "Bebes hasta embriagarte con la luna./ Cautivo de las flores,/ no sirves al monarca". Es el paisaje, en fin, el paisaje como expresión del hombre, como reflejo íntimo, como exterioridad y refugio, como tiempo sustanciado en el jardín y el agua, lo que aquí nacía.

trescientos poemas de la dinastía tang

Sun Zhu. Edición bilingüe de Guojian Chen. Cátedra. Madrid, 2016. 576 páginas. 18,40 euros.

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