Ataviados con trajes de romanos, unos actores recibieron ayer a unos 250 alumnos de colegios de Málaga y Casabermeja al saludo de "bienvenidos, ciudadanos". Así comenzaba una actividad muy especial en el Teatro Romano de Málaga. El espacio -construido en el siglo I, bajo el imperio de Augusto- dejó a un lado su faceta de yacimiento y zona de investigación arqueológica para convertirse en el escenario de un apasionante viaje en el tiempo. Un grupo teatral representó fragmentos de la obra La olla, de Plauto. También hubo malabares, magia y juegos para terminar. Con esta actividad, la Consejería de Cultura pretende difundir de manera lúdica las características del teatro y la época histórica en la que se enmarca este hito. Hoy participan otros 250 niños de entre 8 y 12 años.

"El objetivo es que reciban información pero además que consigan sentirse identificados con su propia historia", comentó ayer el delegado provincial de Cultura en funciones, Francisco López. "Ha sido una mañana espectacular porque han disfrutado mucho, se lo han pasado pipa", añadió López. El significado del recinto y cómo era utilizado por los señores "que invitaban a sus clientes a las representaciones para conseguir apoyo popular", como explicó el delegado en funciones, fue desgranado por una narradora a su joven público.

Con esta actividad, se "ha puesto en uso el propio teatro antes incluso de tener en funcionamiento el Centro de Interpretación", afirmó Francisco López. También ha servido para comprobar la capacidad acústica del lugar y "ver cómo funciona como escenario". Sin micrófono alguno, los actores pudieron desenvolverse con soltura en su tarea de restar aridez a la Historia.

El Teatro Romano, que recibe unas 350.000 visitas anuales, tendrá operativos para el próximo otoño tanto el Centro de Interpretación como los nuevos recorridos internos del recinto.