alexandre lacaze. músico

"La leucemia se ha llevado buena parte de aquella vanidad"

  • El cantante y compositor ofrecerá un concierto el sábado en el Centro Pompidou Málaga junto a Miqui Puig

Alexandre Lacaze, en una imagen promocional.

Alexandre Lacaze, en una imagen promocional. / málaga hoy

Atiende a la llamada de Málaga Hoy Alexandre Lacaze desde Mérida, ciudad en la que ejerce de profesor. No oculta su emoción ante el que será el primer concierto en su ciudad, Málaga, en dos años y medio: la cita tendrá lugar en el Centro Pompidou este sábado 7 a las 18:30 dentro del ciclo Málaga de Festival, en una propuesta para la que compartirá escenario con todo un gurú de la música popular como Miqui Puig, quien se reserva para la ocasión una prometida intervención artística. Lacaze, quien durante varios años ganó gran notoriedad al frente del grupo L'Avalanche (con el que articuló su particular relectura de la chanson a base de rock independiente y letras en francés de largo vuelo poético), recuperará ante su público los temas de Les recifs de l'espoir, el álbum que grabó en solitario en 2014, antes de que le fuera diagnosticada una leucemia que truncó, entre otras cosas, este proyecto que venía barajando con Puig desde que ambos coincidieron en el programa de radio Can Tuyus; y también vestirá de largo algunas canciones compuestas durante su ingreso en el hospital. Aún en estricta vigilancia por su dolencia, Lacaze habla a corazón abierto.

-¿Habrá nuevo álbum con las canciones que compuso durante su tratamiento?

-Hicimos una grabación y editamos un disco con una tirada muy limitada, esencialmente para amigos. Desde el pasado mes de septiembre he estado bastante ocupado con el Los arrecifes de la esperanza, el libro que me encargó la editorial Páramo con traducciones al castellano de mis canciones en francés. Y la verdad es que la gira de presentaciones me ha dejado bastante agotado. Sigo bastante débil, la enfermedad ha afectado mucho a la médula y tengo que mantener las revisiones periódicas. Pero es que, además....

-Usted dirá.

-Después de la leucemia, la verdad, no me apetece mucho hacer lo que hacía antes. Tengo claro que seguiré haciendo música, desde luego. Pero ahora se trata de cómo puedo incorporar esto a una rutina muy concreta. Y, desde luego, no tengo ganas de volver a todo aquel atracón de conciertos.

-Respecto a su libro, parecía sólo cuestión de tiempo que llegara una obra poética independientemente de la música, a tenor de sus letras. ¿Cuáles son sus principales referentes a la hora de ponerse a escribir?

-Siempre me da reparo hablar de referentes, porque de ninguna forma pretendo compararme con los escritores a los que admiro. De igual modo, me resisto a considerarme poeta. Imagino que es una cuestión de complejo por una parte y de respeto por otra: la poesía me parece una dedicación que me supera, mientras que el rock supone cierto arte menor en el que me siento más cómodo. Lo que sí soy ante todo es un lector voraz y a la vez muy introspectivo, muy de habitación propia, que construye un mundo hacia dentro con todo lo que va leyendo. Entre mis lecturas predilectas están Conrad, Stevenson, Melville, y otros autores como Henry James y Thomas Hardy. Pero, insisto, no quiero compararme con ellos de ningún modo.

-Pero esto de las referencias funciona de otro modo menos previsible y más misterioso, no es una cuestión de comparaciones. De hecho, usted, que escribe canciones en francés, me ha citado a novelistas que escribían en inglés.

-Así es. Como te decía, soy lector antes que cualquier otra cosa. Pero también me considero un observador y alguien que, a través de lo que observa, incluida la literatura, intenta ser un conocedor del mundo. Mis canciones son un resultado de esa observación y de ese mismo aprendizaje.

-Samuel Beckett afirmó que optó por escribir en francés porque así le resultaba más fácil hacerlo "sin estilo". ¿Qué opina usted, más allá de su ascendencia hispanofrancesa?

-Que tenía toda la razón. Yo escribo en francés justo por el mismo motivo. Cuando escribo en español me salen versos irremediablemente barrocos, muy rebuscados, como en una aspiración a una literatura elevada que en realidad no pretendo. Sin embargo, cuando escribo en francés voy directamente a lo esencial, a la médula del asunto. De alguna manera natural todos los artificios desaparecen y me quedo con lo importante. Por eso decidí yo también escribir en francés, porque me resulta más fácil decir lo que quiero decir de la forma más directa posible.

-El del sábado será su primer concierto en Málaga tras el diagnóstico de la leucemia. ¿Se puede decir que será el comienzo de una nueva etapa en su carrera?

-Sí, bueno, tengo muchas ganas. Hace dos años y medio que no actúo en Málaga, en mi ciudad, y me parece que ha pasado un siglo. Además, desde que vivo en Mérida paso menos tiempo con mi familia y mis amigos, y espero que este concierto sirva también de reencuentro especial. Sé que será muy emocionante por todo lo que ha pasado, y, si te digo la verdad, eso me impone un poco. Este tipo de conciertos se viven a flor de piel, hay mucho en juego. Miqui Puig también ha empujado mucho para sacar esto adelante. Pero lo pasaremos bien, seguro.

-¿Es hoy el escenario un elemento más extraño para usted?

-Es más extraño porque todo es más extraño. He estado a punto de morir. Un día recibo un diagnóstico, busco en Google, llego a la página web de la Fundación Josep Carreras y leo que la leucemia que sufro tiene un índice de supervivencia del 35%. Entonces todo empieza a ser distinto, es inevitable. Y no me refiero sólo a la música, hablo del trabajo, de la relación con mi hija, todo. Para colmo no sabes lo que va a pasar, tienes miedo, y eso te transforma. Sigo disfrutando en el escenario, pero yo ya no soy el de antes. Ya no me van tantas cosas en ello. A veces me parece algo incluso irreal.

-¿Diría que es hoy más libre?

-Sí, siento que soy más libre que antes. He aprendido el valor de hacer las cosas porque quieres hacerlas. Cada día me pregunto si realmente quiero hacer lo que hago. ¿De qué se trata, de escribir un libro por publicarlo y hacer una gira de presentación, o porque realmente quiero escribirlo? Antes no me hacía estas preguntas, estaba metido en mis líos y las cosas iban saliendo. Pero ahora es importante para mí parar y hacerme estas preguntas. La leucemia se llevó aquella vanidad comunicativa, aquel querer decir algo permanentemente, recordar siempre a los demás que estoy aquí. Ahora, la verdad es que me da igual.

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