Cultura

Odisea 2021: retos para la cultura en Málaga

  • Del regreso de la gala de los Goya a la recuperación de la afluencia de los museos pasando por la sanación del tejido creativo, los próximos meses entrañan la exigencia de la reinvención cultural del territorio

Visitantes en la colección permanente del Museo Picasso Málaga.

Visitantes en la colección permanente del Museo Picasso Málaga. / Javier Albiñana (Málaga)

Califica el Museo Picasso Málaga al 2020, directamente, como annus horribilis, apreciación que corresponde compartir sin muchos reparos con la vida cultural de la ciudad (y su provincia) en todos sus términos. Desde la crisis financiera de 2008 no asistía Málaga a un desmantelamiento de actividades, proyectos y programas tan radical como el que ha servido en bandeja la epidemia del coronavirus, especialmente tras el confinamiento decretado en marzo, que provocó el cierre absoluto de todos los equipamientos del sector y dejó en una posición harto delicada al tejido creativo malagueño. La clausura se llevó por delante a los visitantes de los museos, la programación de salas y teatros (incluido el recién inaugurado Teatro del Soho Caixabank), gran cantidad de iniciativas anunciadas y, lo más importante, la estabilidad de no pocos trabajadores y sus familias. Es cierto que también hubo buenas noticias: tras su aplazamiento, el Festival de Málaga se convirtió el pasado verano en la primera cita para el cine en España tras la debacle, lo que abrió una senda de recuperación para la industria que, a pesar de su carácter incipiente, resultó determinante para que otros escaparates como el Festival de San Sebastián pudiesen tomar nota de los protocolos sanitarios y organizativos y celebraran después sus respectivas ediciones. La actividad escénica ha seguido adelante muy a pesar de las reducciones abultadas de aforo, la imposición de las mascarillas entre el público y la programación de funciones a horas intempestivas cuando la normativa obligaba al cierre de los teatros a las 18:00. Empujados por la necesidad, los museos han abierto cauces de colaboración mutua y han prestado una atención inusitada al público local, dos cuestiones que se echaban de menos desde mucho antes de la pandemia. Y, en general, el desarrollo de actividades virtuales ha establecido nuevas formas de relación con el público que en gran medida han llegado para quedarse. Pero, por mucho que haya razones para la satisfacción, está claro que el 2021, a medida que la vacuna vaya poniendo coto al coronavirus, será el año de la recuperación y sanación de la cultura en Málaga. Quedan por delante, así, algunos retos ante los que cabe responder con tanta ilusión como premura. A continuación se detallan algunos.

Gala de los Premios Goya

Cuando el Estado de Alarma decretado por la epidemia se hizo realidad, la posibilidad de celebrar una gala de los Premios Goya en 2021 en los términos de costumbre se esfumó sin remedio. La Academia del Cine Español, presidida por Mariano Barroso, comenzó de inmediato a barajar alternativas y la más razonable devolvía el encuentro a Málaga, que sólo unas semanas antes había servido de sede a la gala de 2020 (con resultados en claroscuro y una nota discreta, digamos, para la organización). El formato, eso sí, tenía que ser bien distinto a lo ofrecido en el Palacio de los Deportes Martín Carpena: Barroso ofreció directamente a Antonio Banderas la posibilidad de celebrar la entrega en el Teatro del Soho, con un aforo reducido de forma drástica y todas las medidas de seguridad puestas en juego. Dicho y hecho: la gala se celebrará en el teatro de la calle Córdoba con Antonio Banderas y María Casado como directores y presentadores, la dirección musical del malagueño Arturo Díez Boscovich (quien ha compuesto ya, de paso, la sintonía oficial de los Goya, de la que inexplicablemente han carecido los premios hasta ahora) y con desconexiones televisivas en directo con otras ciudades de España. La maquinaria ya está en marcha: Dani Rovira y Ana Belén darán a conocer la lista de nominados a la 35 gala de los Goya el próximo lunes 11 en la sede de la Academia de Cine en Madrid, con vistas a un palmarés del que, de momento, únicamente se conoce la titularidad del Goya de Honor para la actriz Ángela Molina. 

Antonio Banderas, con su Goya al mejor actor, en la pasada edición de los premios, celebrada en Málaga. Antonio Banderas, con su Goya al mejor actor, en la pasada edición de los premios, celebrada en Málaga.

Antonio Banderas, con su Goya al mejor actor, en la pasada edición de los premios, celebrada en Málaga. / Javier Albiñana (Málaga)

A la 35 edición de los Premios Goya optan un total de 155 películas estrenadas en España entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2020, tal y como recordaron desde la Academia. De estas 155 producciones, 82 son de ficción, 72 son documentales y una es de animación. También concurren este año 56 filmes europeos, 16 cintas iberoamericanas y 35 cortometrajes (15 de ficción, 10 documentales y 10 de animación). De las 155 historias candidatas a la 35 convocatoria de estos premios, 57 son óperas primas. En cuanto a los guiones, 127 son originales y 23 son adaptados. Antonio Banderas ha prometido una gala más breve y con un perfil más cultural, "con menos humor y más cine". Lo que no está nada mal, por cierto.

La ciudad de los museos

La crisis del coronavirus obligó a los museos de Málaga no sólo al cierre a cal y canto durante los meses de confinamiento: también, lo que puede resultar más peliaguado, a su redefinición estructural de la noche a la mañana. Los centros capearon la clausura con propuestas digitales de muy distinto calado, aunque la hora de la verdad llegó en mayo, cuando correspondió reabrir en una ciudad sin turistas. Si la marca Ciudad de los museos se había forjado principalmente como un reclamo turístico, su principal alimento quedaba ahora fuera de juego. Los obstáculos estructurales obligaron además a cancelar exposiciones y a rehacer en un visto y no visto programaciones maduradas durante años, con consecuencias trágicas en los cómputos de visitantes: así, el Museo Picasso Málaga, que en su virtud de ser el más visitado de Andalucía venía encadenando varios años con récords de afluencia hasta superar los 700.000 en 2019, apenas ha logrado reunir en 2020 un 25% de este volumen; mientras que el Museo Carmen Thyssen Málaga pasó de recibir 170.000 visitantes en 2019 a conformarse con 70.000 en 2020. Sirvan estos dos ejemplos para dar cuenta de la magnitud de lo que, en una ciudad que invierte más de cinco millones de sus presupuestos anuales en museos, y con un vector como el Museo Picasso que recibe de la Junta de Andalucía 4,3 millones de euros cada año, puede calificarse como una tragedia.

La exposición 'Vanguardias dibujadas' en el Museo Carmen Thyssen. La exposición 'Vanguardias dibujadas' en el Museo Carmen Thyssen.

La exposición 'Vanguardias dibujadas' en el Museo Carmen Thyssen. / Javier Albiñana (Málaga)

Es evidente que el principal reto para los museos malagueños en 2021 pasa por recuperar parte de la afluencia turística perdida. Pero sería interesante que algunas de las medidas puestas en marcha este 2020  a modo de cuidados paliativos tuvieran continuidad dada la oportunidad que entrañan para reconfigurar la actividad museística en Málaga. En una Málaga sin turistas, el público local se ha convertido en el principal destinatario de esta actividad, no sólo a través de exposiciones ya previstas (como la estupenda A Pablo Picasso, dedico, que acoge la Casa Natal de Picasso como homenaje a Eugenio Chicano un año después de su fallecimiento) sino, más aún, de talleres, ciclos y actividades participativas. Si, del mismo modo, la confluencia de museos para la organización común de proyectos y una mayor cooperación, independientemente de su titularidad, era una cuestión reclamada desde hace mucho, ha sido este 2020 cuando se han sentado las bases definitivas: el Museo Picasso, el Centro Pompidou Málaga, el Museo Ruso, la Casa Natal y el Museo Carmen Thyssen pusieron en marcha la iniciativa Museos a escena, que, de momento, ha ofrecido conferencias compartidas y la validez de las entradas adquiridas en cada uno de los museos para los otros cuatro durante la campaña navideña. Convendrá evitar en su momento que el regreso de los turistas no convierta estos instrumentos en papel mojado.

Artes en vivo

El primer gran evento cultural de cada año en Málaga es el Festival de Teatro que acogen los teatros municipales, y 2021 no será una excepción. Eso sí, en esta ocasión el certamen se divide en dos actos que se desarrollarán del 8 de enero al 4 de febrero y del 30 de abril al 31 de mayo. En total, los Teatros Cervantes y Echegaray acogerán 61 funciones de cuarenta espectáculos con figuras del calibre de Juan Echanove, Concha Velasco, Juan Diego Botto, Verónica Forqué, José Luis Gómez y Emilio Gutiérrez Caba. Por lo demás, la epidemia obligó a los mismos teatros municipales a reorganizar tanto la programación de la temporada como la de de Factoría Echegaray. Y, justamente, el objetivo para 2021 sigue siendo el de recuperar cuanto pueda ser recuperado y afianzar la fidelidad del público, que, especialmente en los últimos meses, se ha demostrado de manera ejemplar a pesar de la programación en horas inusuales, la reducción de aforos, las cancelaciones inevitables y los a menudo incómodos protocolos sanitarios. Los teatros malagueños invirtieron tiempo, dinero y esfuerzo en su transformación en espacios seguros y todo apunta a que estas herramientas serán vigentes cuando la exigencia de reducción de aforos y la distancia de seguridad no sea tan acuciante. Al menos, durante un plazo que abarcará seguro hasta 2022.

Protocolos sanitarios en el Teatro Echegaray. Protocolos sanitarios en el Teatro Echegaray.

Protocolos sanitarios en el Teatro Echegaray. / Javier Albiñana (Málaga)

Precisamente, el Teatro del Soho Caixabank fue uno de los escenarios pioneros en España en la adopción y presentación de protocolos sanitarios al más alto nivel. Para 2021, el objetivo del teatro de Antonio Banderas es el de disfrutar la normalidad que se le ha negado desde que terminaran las funciones de A Chorus Line. De momento, la programación continúa ya este fin de semana con José María Pou y Viejo amigo Cicerón, y seguirá con atractivos como el estreno absoluto de la última obra de El Espejo Negro, Cris, pequeña valiente (30 y 31 de enero), el ciclo de flamenco ya presentado para el mes de febrero, Castelvines y Monteses de Barco Pirata bajo la dirección de Sergio Peris-Mencheta (del 26 al 28 de marzo) y la producción propia de En la pista que se estrenará en junio. Eso sí, el desquite definitivo, y tal vez la mayor celebración del fin de la epidemia, llegará en octubre con el estreno de la nueva producción musical del teatro, Company, destinada a permanecer ocho meses en cartel con el protagonismo en escena de Antonio Banderas.

Mención aparte merece la Orquesta Filarmónica de Málaga, la única formación de su género en España que ha mantenido todas sus actividades en la presente temporada y que cumplirá treinta años de vida el próximo mes de febrero. Bajo la dirección de su titular, José María Moreno, la agrupación afronta el 2021 con el objetivo de mantener todos sus ciclos (incluso de rescatar algunos extintos, como el Festival de Música Antigua, aunque ya con vistas a 2022) y con varias ediciones discográficas en la agenda. Eso sí, el proyecto más importante es la instalación de su nueva sala de ensayo en los antiguos comedores universitarios de El Ejido, una intervención que comenzará en los próximos meses y que culminará en los primeros compases de 2022 con un nuevo espacio para la orquesta que permitirá, entre otras medidas, la puesta en marcha al fin del ansiado Coro de la Filarmónica.   

Festival de Málaga

Por más que algunos de los balances nacionales publicados en los últimos días hayan pasado el detalle por alto, el primer festival de cine que decidió celebrar su edición correspondiente en 2020 en España fue el Festival de Málaga, con un encuentro reducido, más centrado en el cine y menos en la alfombra roja y el sarao, que tuvo lugar en agosto tras el aplazamiento obligado en marzo. Aquella edición sirvió para poner a prueba los rigurosos protocolos sanitarios cuya eficacia quedó bien contrastada y que incorporaron luego otros certámenes, pero, más aún, para aportar algo de oxígeno a una industria condenada al más severo ostracismo. Así, el Festival de Málaga favoreció la llegada a la cartelera de películas después bendecidas por la crítica, como Las niñas, flamante Biznaga de Oro, y La boda de Rosa, de Icíar Bollaín.

Presentación en Madrid de la pasada edición del Festival de Málaga, prevista para marzo y finalmente aplazada a agosto. Presentación en Madrid de la pasada edición del Festival de Málaga, prevista para marzo y finalmente aplazada a agosto.

Presentación en Madrid de la pasada edición del Festival de Málaga, prevista para marzo y finalmente aplazada a agosto. / Efe (Madrid)

Respecto a 2021, el Festival de Málaga celebrará su 24 edición del 4 al 13 de junio (el plazo para la inscripción de películas en las distintas secciones se mantiene aún abierto hasta el próximo abril) con el objetivo de siempre: servir de escaparate y pista de lanzamiento al cine español, tanto en lo artístico como a nivel de industria, el hemisferio en que más y mejor ha crecido el certamen en los últimos años. 

Feria del Libro

La epidemia del coronavirus privó a Málaga de celebrar la 50 edición de su Feria del Libro, ocasión redonda donde las haya que quedó obligada a dormir el sueño de los justos. En su lugar, la organización programó en la Alameda Principal, que ya había sido designada como nuevo emplazamiento del encuentro, una celebración extraordinaria del Día del Libro en julio y una Feria del Libro Malagueño que tuvo lugar en los primeros días de noviembre y que dejó sensaciones más que prometedoras, con una cálida respuesta por parte de los lectores. El objetivo para 2021 sigue siendo, en cualquier caso, ofrecer la Feria del Libro que Málaga merece por tradición y extensión. Corresponde, para ello, dar el mejor uso a esas buenas sensaciones.

Celebración extraordinaria del Día del Libro en la Alameda Principal, el pasado verano. Celebración extraordinaria del Día del Libro en la Alameda Principal, el pasado verano.

Celebración extraordinaria del Día del Libro en la Alameda Principal, el pasado verano. / Javier Albiñana (Málaga)

Mención aparte merece la designación de Emilio Prados como Autor del Año en Andalucía en 2021 por el Centro Andaluz de las Letras, un reconocimiento que se traducirá en nuevas ediciones de la obra del poeta, exposiciones, conferencias y otras actividades. No habrá, seguramente, ocasión más señalada para que Málaga reivindique su condición de ciudad literaria y del libro, con nombres propios incontestables de su parte. Contribuirá también a la causa, y de qué manera, el comienzo de las obras para la definitiva instalación de la Biblioteca Provincial en el Convento de San Agustín. Por argumentos, que no quede.  

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