Cultura

Oreja para Aguilar, Rivera y Alguiar en la primera semifinal de novilladas

El alumno de la Escuela Taurina de Málaga Julio Alguiar cortó una oreja del sexto, que lidió en sustitución de Andrades, cogido al realizarle un quite al quinto.

El alumno de la Escuela Taurina de Málaga Julio Alguiar cortó una oreja del sexto, que lidió en sustitución de Andrades, cogido al realizarle un quite al quinto. / Jesús Mérida

Había ganas de toros. Así lo demostró la afición malagueña que, pese al calor, ayer llenó en tres cuartas partes los tendidos de La Malagueta para presenciar la primera semifinal del Certamen Internacional de Escuelas Taurinas. Con esto queda patente, una vez más, que la tauromaquia interesa. Y mucho. Resulta inimaginable pensar que cualquier otro espectáculo de masas, como el fútbol, por ejemplo, pudiera congregar a miles de personas un martes por la tarde para ver un partido de la "cantera" o los juveniles.

Abrió la tarde Julio Alguiar, quien cuando aún decían su nombre por megafonía emprendió el camino hasta la puerta de toriles para recibir al primer eral con una apurada portagayola. Verónicas alternadas con chicuelinas le siguieron. Miguel Aguilar realizó un quite al novillo, no siendo respondido por el joven que abría cartel. Su brindis al público fue otra declaración de intenciones de este novillero que debutó ayer en la plaza donde entrena cada día, puesto que es alumno de la Escuela Taurina de Málaga.

Comenzó por alto su faena de muleta a este noble primero, aunque los momentos de mayor acople se verían en las series posteriores con derechazos largos y rematados con de pechos. Por la izquierda lo intentó y puso empeño sin obtener el mismo resultado que con la derecha. Cerró la faena como la empezó. Por alto. En este caso, con ayudados por alto. Consiguió enterrar el estoque en el primer intento, aunque la tardanzadel novillo en caer hizo que escuchase un aviso. Hubo una muy leve petición que se quedó en una vuelta al ruedo.

Al segundo de la tarde Miguel Aguilar lo recibió con suaves verónicas con las que fue ganándole terreno hasta llegar a los medios y rematar con una bella media que se emborronó por la voltereta que dio el novillo. En banderillas destacó Bolaños padre. Desde los medios y de rodillas citó al novillo para iniciar el último tercio. Su oficio y solvencia lo demostró especialmente con naturales largos y profundos, resolviendo con facilidad incluso en un momento de apuro en el que el novillo echó mano de él. No obstante, también mostró una gran dimensión con la derecha.

Antes de entrar a matar volvió a meter al público en la faena con ajustadas manoletinas de rodillas. La estocada, entera y trasera, no fue suficiente y tuvo que entrar otra vez a matar. En esta ocasión, además, quedó tendida. Tras escuchar un aviso tuvo que descabellar. Esto no impidió que cortase la primera oreja de la temporada en Málaga.

David Martínez no pudo mostrar su mejor versión con el capote en el recibo del tercero. Sus ganas pudieron a la ejecución. Igual ocurrió en el tercio de banderillas. Fue el mismo novillero quien banderilleó, tercio en el que recibió una fuerte voltereta. El par de mayor lucimiento fue el tercero, al quiebro. Con la muleta se mostró voluntarioso, pero la falta de fuerza del novillo y las dificultades que planteó, especialmente por el pintón izquierdo, imposibilitó que realizase una faena con fundamento. Desafortunadamente, ayer no fue su día. Tras escuchar dos avisos y descabellar en tres ocasiones puso fin a su oponente.

En el cuarto, el castellonense Jorge Rivera no logró frenar las embestidas del novillo, pero consiguió de manera meritoria torear por verónicas y chicuelinas para rematar con una revolera. Brindó al público e inició el trasteo de muleta con pases por altos hasta conseguir plantar al toro en los medios. El animal volvió para dentro y se vio obligado a acudir el novillero a esos terrenos. La condición de manso del novillo condicionó lalidia, sacándole pases a cuentagotas. Con buen criterio, antes de que el novillo se cerrase en tablas, Rivera entró amatar, dejando una estocada desprendida. Oreja para el castellonense.

Andrades fue cogido en el quinto cuando realizaba un quite y no pudo lidiar su novillo

El quinto comenzó sus embestidas con brusquedad, lo que hizo que resultasen con bastantes  enganchones los lances de Guillermo García. Francisco Fernández Andrades realizó un quite en el que fue cogido y golpeado fuertemente en la cabeza, teniendo que entrar en la enfermería. Con la muleta, García inició la faena con estatuarios y poco a poco fue frenando el ritmo de las embestidas del animal. Consiguió ejecutar series de naturales de gran calado y templanza, demostrando un buen sentido del tiempo y espacio. En los compases finales de la faena, al intentar realizar una bernardina sufrió una fortísima voltereta. Pese a la insistencia de los compañeros, se quedó en el ruedo para dar pasaporte al oponente. Cuatro pinchazos y una entera fueron necesarios para ello.

Finalmente, Andrades no pudo salir a lidiar al último, por lo que volvió a torear Julio Alguiar, cuya actuación no fue valorada por el jurado. Su recibo capotero dejó dos bellas y sentidas verónicas. Asimismo, uno de los momentos más emotivos se vivió con el brindis a su compañero Francisco Morales, novillero con picadores de Málaga. Lástima que Andrades no pudiese torear este novillo, uno de los que más se dejó de la tarde. Locitó a larga y media distancia y siempre respondió el eral, al que le ejecutó series largas de gran trazo por ambos pitones. Después de una tanda de derechazos con el cuerpo “desmayado”, seguido de naturales, se marchó a por la espada para poner fin a esta faena que alargó en demasía, recibiendo un aviso antes de entrar a matar. Su labor se vio recompensada con una oreja de este último novillo.

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