Cultura

'La vida perenne' recorre el pensamiento humanista de José Luis Sampedro

  • Olga Lucas reivindica al escritor como "referente moral" con una obra para "leer despacio" que "apela al cerebro y al espíritu"

Cuando se cumplen dos años de la muerte de José Luis Sampedro, su viuda, Olga Lucas, cree que la sociedad sigue necesitando las enseñanzas de este escritor que fue un referente moral para mucha gente, parte de las cuales ha reunido en La vida perenne, una obra que es, dice, "un antídoto contra la prisa". La vida perenne, en Plaza & Janés, es un viaje a través de la filosofía vital del autor fallecido el 8 de abril de 2013 en el que los pensamientos y sentimientos de Sampedro se mezclan con las voces de los sabios de Oriente y Occidente de los que aprendió, desde San Juan de la Cruz hasta los maestros sufíes o del taoísmo, acompañados por las imágenes del fotógrafo Chema Madoz.

Lucas, que presentó ayer esta obra junto con Madoz, ganador del Premio Nacional de Fotografía, recordó su emoción al leer tras el verano el borrador del libro que el editor de Sampedro, Ángel Lucía, le presentó: "Tuve una sensación como si él resucitara y estuviera hablando conmigo como lo hacía". Su viuda explicó que en sus últimos tiempos (Sampedro murió a los 96 años), el autor estaba preocupado por la crisis de valores y tenía mucho interés en poder transmitir sus reflexiones a los jóvenes porque, decía, "él ya había visto la función".

Aunque considera que es muy difícil hablar del libro presentado ayer, recalcó que hay que leerlo "muy despacio" ya que "apela de una forma equilibrada al cerebro y al espíritu". "No tienes que devanarte los sesos, sino que aquieta el espíritu". "Casi se le oye", dijo Lucas en referencia a Sampedro y a este libro, la segunda obra póstuma que se presenta tras su fallecimiento, después de que el 8 de abril del pasado año se publicara Sala de espera.

Y es que Sampedro dejó 50.000 notas, un legado con el que se han realizado estos dos libros y con los que en el futuro "se hará lo que se pueda", indicó su viuda. "Los autores que se van y dejan tanto papel tras de sí nos dejan un marrón a los que nos quedamos", bromeó Lucas, que explicó que no hay ninguna obra de Sampedro "entera tal cual" pero sí cosas empezadas y todos esos papeles que no sabe si quería publicar o no.

La antóloga dice que no es su intención ser "la viuda que quiere estrujar al autor" sino que lo que le interesa es que el pensamiento, el legado de Sampedro, siga vivo: "Siempre que se pueda sacar un libro de calidad que ayude a que no se olvide, lo haremos. No sólo porque le sigo queriendo sino porque creo que es necesario".

El escritor "fue un referente moral para mucha gente y la sociedad no ha ido evolucionando tan para bien como para que podamos olvidarnos de sus enseñanzas. Ojalá no lo necesitáramos, pero lo seguimos necesitando", subrayó. Los dos años que han transcurrido sin Sampedro han sido para su viuda muy duros: "La sociedad te permite un tiempo de duelo, pero luego está mal visto, cuando la ausencia, que empieza a aparecer más tarde, es más pesada que al principio", aseveró.

Aunque el fotógrafo Chema Madoz es el autor de las fotografías de portada de varias obras de Sampedro, ambos no se conocían. Ayer le recordó como una persona que, cada vez que hablaba, "ponía las cosas en su justo sitio". Era "una bocanada de aire fresco". "Mientras que Sampedro hace en este libro una especie de homenaje a los sabios y los místicos que marcaron su forma de entender la vida, yo hago un homenaje a alguien que ha servido de referencia ética y moral", destacó el artista.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios