Cultura

El placer gratuito de ver a Picasso y a Pollock

  • El Museo Picasso se despide de su exposición temporal dedicada al moderno pintor americano entre largas colas

Decía Baltasar Gracián en Oráculo manual y arte de prudencia que "lo bueno, si breve, dos veces bueno". Se equivocaba. Lo bueno, si gratis, dos veces bueno. O así lo pensaron las decenas de personas -tantos malagueños como extranjeros o turistas de otras ciudades de España- que ayer visitaron el Museo Picasso. Largas colas, en las que se esperaba alrededor de los 45 minutos, llegaban hasta la iglesia de San Agustín y más allá. Uno se imaginaba que más de uno, siendo domingo y a esas horas -las cinco de la tarde-, se había acercado para despedirse a última hora de Mural. Jackson Pollock. La energía hecha visible llega a su fin, la exposición temporal dedicada al artista norteamericano Jackson Pollock. Una muestra diseñada exclusivamente para la pinacoteca malagueña hasta ayer, último día para verla. Sin embargo, por más que se le preguntaba a los visitantes, ninguno acertaba a explicar quién era uno de los máximos representantes del expresionismo abstracto.

Hasta que entre la larga cola, una estudiante de Filología Hispánica respondió: "Bueno, no conozco demasiado su obra, ¿pero hay que venir a ver a este mito viviente del arte, no? También es que es el último día", alegaba en tono amable la joven. "No he investigado mucho sobre la trayectoria de Pollock, simplemente vengo a que me sorprenda", declaraba una mujer argentina afincada en Málaga. Otras personas, simplemente, venían a ver por "primera vez" la pinacoteca. "Hemos venido de vacaciones a Torremolinos y queríamos pasar por este museo. Porque creo que es como ir a Madrid y no pisar la Puerta del Sol o ir a Pamplona y no ir a los sanfermines", explicaba en tono amable Alfonso, turista navarro que iba acompañado de su mujer Vicky y su hijo pequeño, Izan.

Al pasar las colas y pisar la muestra temporal, más de uno vino con la lección aprendida, como es el caso de José García Garrido, vecino de Churriana amante del arte y pintor amateur. "Él no sabía lo que hacer para que fuera diferente, claro, Picasso ya había hecho tantas cosas. Aunque al final innovó y se le ocurrió el xorreón -la técnica del goteo, dripping en inglés-. El Mural impresiona por su tamaño y sus grandes trazos", comentaba pícaro Garrido, que también se había acercado para ver obras de Antonio Saura o Robert Motherwell. "La pieza de Pollock es impresionante porque es tremendamente original. Aunque no puedes compararlo con Picasso", zanjaba una visitante italiana. El placer gratuito de ver a Pollock y a Picasso, si breve, dos veces bueno, dicen.

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