Cultura

Puerta Grande para Domínguez y Martínez en una interesante novillada

Los novilleros sin picadores Jorge Martínez y Carlos Domínguez, ayer, durante su salida a hombres de la Malagueta.

Los novilleros sin picadores Jorge Martínez y Carlos Domínguez, ayer, durante su salida a hombres de la Malagueta. / Jesús Mérida

Segunda novillada y una nueva lección de respaldo a la tauromaquia por parte del público malagueño, que cubrió los tendidos y el primer piso de la sombra.

El primer eral, fuerte, fue recibido por Leandro Gutiérrez con dos largas cambiadas y sendas verónicas. Le siguió un aseado quite por chicuelinas de Passalacqua, a quien el mexicano replicó. Gutiérrez se mostró voluntarioso durante toda la lidia, poniendo incluso banderillas, tercio en el que mostró su gran seguridad con los palos. Con la muleta consiguió ligar varias series por ambos pitones antes de una última tanda de manoletinas con la que cerró la faena. Con los aceros flojeó, dejando dos pinchazos, media y dos descabellos para acabar con este primer eral, en el que escuchó dos avisos. 

Passalacqua jugaba en casa y no quiso defraudar a su público, iniciando el saludo capotero con verónicas de rodilla. El comienzo de faena prometía, con el malagueño de rodillas en los medios, aunque la pronta pérdida de manos del novillo hizo que no resultase lo suficiente lúcido. Rápido se acopló a las embestidas del animal, destacando especialmente con la izquierda y con pases de pechos de empaque. Al segundo intento enterró el estoque, lo que le sirvió para que cayase y lograse la primera oreja de la tarde.

El ecijano Jaime González se encontró con un novillo que de salida fue brusco y protestón, pero poco a poco fue amoldando sus embestidas a los pases de González, quien encontró la mejor versión del eral en los medios. Su colocación y oficio pusieron la clase que le faltaba al animal, basando su faena en derechazos. Tras entrar a matar, cayó pronto el tercero de la tarde, debido a la muy mala colocación de la espada, que quedó desprendida, trasera y muy atravesada. Aún así, incomprensiblemente el público pidió la oreja, que fue concedida, con fuerte petición de la segunda. Todos contentos y el novillero más. 

En el cuarto, Jorge Martínez fue ganándole terreno al novillo de salida, sacándolo hasta los medios con verónicas y rematando con una media. Con la muleta intentó similar comienzo, aunque, en esta ocasión, le costó más colocarlo entre el tercio y los medios. Se mostró voluntarioso, pero le faltó una mayor conexión con el público, que solo despertó en los compases finales con dos circulares y un pequeño susto que le dio el novillo cuando toreaba de rodillas. Demostró un muy buen manejo con los aceros, con una estocada entera en buena colocación. Quizá algo trasera. Con el público, ahora sí, con él le pidieron las dos orejas y, de estaforma, consiguió abrir por primera vez la Puerta Grande de La Malagueta.

Carlos Domínguez recibió al quinto de manera vistosa, enlazando dos afarolados de rodillas con un delantal, verónicas, chicuelinas y una revolera. Igualmente interesante fue el pique de quites con su compañero Angelín. También sorprendió en el inicio de muleta, con bernardinas citadas de lejos. Supo hacer una faena con ritmo y variedad, consiguiendo que no perdiera el interés el público en ningún momento. Tras una estocada entera consiguió como premio a su labor las dos orejas del novillo.

Tras el triunfo de su compañero, Angelín no se sintió intimidado y recibió a portagayola al último. Sus mismas ganas y falta de calma hicieron que los lances sucesivos resultasen atropellados. Con la muleta estuvo más acertado y pausado, iniciando la faena de rodillas con derechazos largos. Así seguiría después de pie. Con la izquierda lo intentó pero el novillo protestaba y cabeceaba en cada muletazo. Dos pinchazos, una media y dos descabellos necesitó para poner fin a este último capítulo de la tarde.

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