Irónico, mordaz, irreverente, molesto para ciertos sectores, implacable. La creación del fotógrafo Jorge Rueda no deja a nadie impasible, ni en los años 70, ni medio siglo después. Precursor y anticipado a su tiempo, el almeriense –afincado en Málaga hasta su muerte– es considerado uno de los padres del surrealismo fotográfico en España.

Sin embargo, no siempre ha obtenido el reconocimiento que merece. Por ello, la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA)y el Centro de Fotografía y Artes Visuales Apertura han querido rendirle homenaje, con la colaboración del Centro Andaluz de Fotografía, cuando se cumple diez años de su fallecimiento y de la ejecución de sus últimas voluntades, la quema de su archivo fotográfico.

La primera exposición, como antesala, se inauguró en noviembre en el centro Apertura. En ella se puede ver su primera obra, la de los años 70. Desde este lunes y hasta el 31 de enero, la sala Italcable muestra una selección del 35 imágenes originales a partir de los años 80 hasta los primeros 2000. Además, se exhibe el vídeo que documenta la quema de los archivos y una decena de instantáneas realizadas por su amigo Carlos Canal el 13 de diciembre de 2011.

En ellas se pueden ver las personas “que estuvimos en el ritual de la quema de las fotos, cumpliendo su voluntad, ya que había dejado muy claro que destruyéramos el archivo si no lo compraba nadie antes de morir, como así ocurrió”, explica Canal, uno de los comisarios de la muestra junto a Michelo Toro.

En la exposición se puede ver también el cofre de hierro donde Rueda protegía su colección y en un código QR el público se puede descargar una entrevista de 30 minutos con las últimas palabras del fotógrafo antes de morir. “Cuenta qué era la fotografía para él, qué opinaba de la imagen como objeto de museo, del coleccionismo, es Jorge a tumba abierta mostrando sin tapujos su pensamiento, su manera de estar en el mundo y ver la vida”, apunta Canal.

La muestra se podrá ver hasta el 31 de enero en la Sala Italcable.

“Esta exposición está dentro del ciclo homenaje dedicado a Jorge Rueda”, apunta Michelo Toro y destaca que las imágenes son propiedad del Centro Andaluz de Fotografía. “Se ha hecho una selección de 50 fotos de las 99 que tiene el Centro”, indica.

En una mesa de lectura también se pueden consultar las revistas que Rueda dirigió, como Nueva Lente o Aquí Imagen. Los comisarios comentan que Rocío Gutierréz, Julián Barón y Lucía Osuna han realizado un proyecto de investigación con los textos publicados, catálogos y libros del fotógrafo para crear un fondo documental con más de 200 entradas.

“En las imágenes más antiguas se puede ver la génesis reflexiva de lucha contra lo establecido. Hay fotografías realizadas en plena dictadura donde ya planteaba a través del fotomontaje cuestiones que hablaban del ejército, el sexo, de temas bastante tabúes”, comenta Toro. Canal añade que el archivo fotográfico que se hizo como reportero gráfico de la revista Triunfo le servía para componer sus creaciones, su “realismo imaginario”, como él mismo calificaba.

“Desde lo subjetivo, desde el mundo de los sueños, la reflexión, la crítica contra el poder establecido, contra la Iglesia y el puritanismo da una bofetada a la sociedad imperante”, subraya Canal. Y apunta que las suyas son “imágenes muy oníricas, que parecen soñadas, con un fondo surrealista, irónico, y también sentido del humor, es bastante crítico con la sociedad clasista”.

Rueda fue un pionero del fotomontaje.

Para Michelo Toro el proyecto ha sido una “oportunidad para poner en valor a un fotógrafo andaluz que internacionalmente fue muy reconocido, que expuso en todo el mundo, pero que aquí no tuvo esa relevancia por nadar a contracorriente, por ser una persona molesta en España”. Canal añade que “Jorge decía las cosas a la cara, no se callaba nada, reivindicaba la fotografía como una herramienta creativa, como la pintura y la escultura, y los fotógrafos tenían que poder vivir dignamente de ella”.

Los comisarios destacan, igualmente, la actualidad de sus piezas. “Han pasado 50 años de las más antiguas y la vigencia que tienen es absoluta, era un precursor que tiene que ser conocido y servir de inspiración a las nuevas generaciones, que cortaba, coloreaba, trabajaba a capas, primero de forma totalmente analógica, artesanal, y luego digitalmente, que lo que hoy se hace ya lo trabajaba Jorge hace 50 años y lo hacía aquí”,

Los comisarios, que también han montado un ciclo de conferencias en torno a su figura, le han conferido al homenaje un tono educativo “para que los jóvenes puedan sentirse reflejados o ver su obra como un trabajo muy inspirador para ellos”. Hoy, el anterior director del Centro Andaluz de la Fotografía, Rafael Doctor, hablará en el salón de actos del Mupam (a las 19:00) de 98 fotos y un pepino, en alusión a la icónica fotografía de Rueda.