Cultura

Por un teatro de puertas abiertas

  • La compañía malagueña Pata Teatro celebra veinte años de oficio con el público a favor y con siete funciones en el Echegaray de 'El árbol de mi vida'

Josemi Rodríguez y Macarena Pérez Bravo, alma y corazón de Pata Teatro.

Josemi Rodríguez y Macarena Pérez Bravo, alma y corazón de Pata Teatro. / javier albiñana

Preguntado por el futuro, Josemi Rodríguez responde: "Cuando empezamos queríamos ser El Tricicle. Ahora, lo que nos gustaría es seguir siendo Pata Teatro al menos otros veinte años". Rodríguez es la mitad de la compañía teatral malagueña que celebra ahora sus veinte años de trayectoria, oficio, resistencia, reconocimientos y menester traducido en una veintena de espectáculos para públicos muy diversos, ganados a la causa en todo el territorio nacional. La otra mitad es Macarena Pérez Bravo, quien se apunta a la posibilidad de que la historia no haya hecho más que empezar para Pata Teatro. Ambos comparten tareas de interpretación, escritura y adaptación de textos, gestión empresarial y prácticamente todo lo relacionado con su actividad (Rodríguez, eso sí, suele hacerse cargo de la dirección artística de los montajes, para la que han contado en ocasiones con aliados como Julio Fraga), si bien para cada propuesta cuentan con actores cómplices como Carlos Cuadros (uno de los colaboradores más veteranos de la compañía) o con otros muchos intérpretes del amplio abanico interpretativo malagueño. A lo largo de estas dos décadas, Rodríguez y Pérez Bravo han facturado un teatro para grandes y pequeños con tal de que nadie se sienta extraño, como una casa de puertas abiertas ofrecida a la manera de la amistad. Y el tiempo les ha dado la razón, aunque no siempre los vientos han soplado a su favor. Para soplar las velas, Pata Teatro recupera uno de sus trabajos emblemáticos, la obra familiarEl árbol de mi vida, estrenada en 2013 y todavía en gira después de haber recorrido con éxito salas y escenarios de toda la Península (y de haber sido premiado en el Fetén de Gijón entre otros certámenes), con siete funciones (del 27 de diciembre al 4 de enero) en lo que ya es todo un clásico dentro de su calendario: el ciclo navideño del Teatro Echegaray.

Revisan Rodríguez y Pérez Bravo la lista de compañías malagueñas que han desaparecido en estos veinte años, sostenidas en algunos casos por artistas de amplio renombre, y no pueden evitar sentirse afortunados, aunque los comienzos no resultaron sencillos en una Málaga en gran medida adversa: "Hace veinte años el teatro malagueño vivía un verdadero apogeo gracias al trabajo de compañías muy potentes como Elestable, Teatroz o Bea Teatro. Nosotros veníamos de la animación y cuando pusimos en marcha la compañía decidimos trabajar para el público infantil, y lo cierto es que el teatro para niños tenía entonces muy poco reconocimiento en Málaga, sobre todo en el propio tejido escénico", explica Rodríguez. En aquellos años, Pata Teatro estrenó espectáculos como ¡El tiempo vuela! (1998), Tras las pista (1999) y Aventuras de capa y espada (2001), dirigidos todos a los más pequeños, aunque al mismo tiempo presentaron propuestas como la comedia para adultos 6 minutos 15 (2000), coproducida por el Teatro Cervantes. "Cuando nosotros empezamos, Acuario llevaba ya veinte años haciendo teatro pero no terminaba de ser una compañía reconocida por su dedicación al público infantil. Entonces, el teatro para niños se vinculaba únicamente al clown y la animación, elementos a los que se prestaba muy poca atención", apunta Macarena Pérez Bravo, quien añade: "La situación es hoy afortunadamente muy distinta. Por lo general se acepta que se puede hacer un teatro de mucha calidad para niños, y de hecho hay compañías que han llevado el teatro familiar a otro nivel. Pero llegar hasta aquí no ha sido nada fácil. Y todavía queda mucho por demostrar y por crecer".

Hay quien nos achaca que no nos hayamos encasillado, pero justo eso es lo queríamos"

Con el tiempo, Pata Teatro amplió su registro hacia la comedia (Bululú, 2002), revisiones de clásicos en clave familiar como El avaro (2004) y Cyrano (2006), propuestas a priori infantiles pero susceptibles de gustar (como lo hicieron) a públicos adultos (Sin rumbo, 2005; El destino de Simón, 2008; Una casa en las afueras, 2010) y obras dirigidas expresamente a los mayores (Cena para uno, 2012). La agenda nacional crecía en consecuencia, a veces con la paradoja de que la compañía recibía más atención de cara a próximos estrenos en otras provincias antes que en Málaga. Pero todas las aguas fueron encontrando su cauce: en 2012, Rodríguez y Pérez Bravo decidieron adoptar un nuevo registro y poner en marcha su ciclo de Clásicos en Verano con El perro del hortelano de Lope de Vega. El órdago tuvo una gran acogida y desde entonces se han celebrado otras cinco ediciones (con No hay burlas con el amor de Calderón, El lindo Don Diego de Agustín Moreto, La Celestina de Fernando de Rojas, Mucho ruido y pocas nueces de Shakespeare y Donde hay agravios no hay celos de Rojas Zorilla), con amplios elencos de actores malagueños y en tres patios emblemáticos y monumentales de la ciudad: el de la iglesia de San Juan, el del Instituto Gaona y el del Colegio Prácticas nº1, estrenado el año pasado a tal efecto. "El ciclo de clásicos nació de la convicción de que el público de Málaga tenía que venir a vernos. Con la crisis habíamos visto disolverse a compañías que considerábamos consagradas y comprendimos que necesitábamos darnos a conocer mejor en nuestra ciudad para seguir adelante", explica Pérez Bravo. Al mismo tiempo, Pata Teatro puso en marcha con gran éxito otras obras para el público infantil como la citada El árbol de mi vida (2013) y Frankenstein. Yo no soy un monstruo (2016), aún con largas agendas de funciones por delante.

"Hay quien nos ha achacado que no tengamos un sello, que no apostemos por una sola línea, que no nos encasillemos. Pero eso era justo lo que queríamos, no encasillarnos. Hacer teatro para todos, grandes y chicos, comedias o clásicos, lo que nos apeteciera", cuenta Josemi Rodríguez. Ahora, Pata Teatro trabaja en su nuevo proyecto, Debajo del tejado, otra obra infantil "con mucha comedia" que se estrenará en el Teatro Cánovas en abril. Y todas las historias que habrán de venir. Hay sitio para todos.

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