Cultura

Una terapia generacional

Entro en la web de Fulgencio Pimentel en busca de los datos técnicos de Hechizo total, para componer la ficha que precede a esta nota, y encuentro que el cómic de Simon Hanselmann ha agotado ya su primera edición (ojo, es de abril de este mismo año) y va por la segunda. Esa es la primera buena noticia que tengo que darles. No es poca cosa, pues da gusto comprobar que la singular propuesta de la editorial riojana puede encontrar su público. Y es que gracias a ella, hemos catado las maravillas de Jim Woodring, Anders Nilsen, Olivier Schrauwen o Sammy Harkham, por citar un solo póker de una baraja llena de ases.

La segunda buena noticia que les traigo no es sino el propio cómic de Hanselmann. Me ahorro en esta ocasión el tradicional tanteo (se parece a…, me recuerda a…) porque ya se han encargado los de Fulgencio de trazar un estupendo resumen-mapa de referencias en la propia portada, que reza: "Un retrato generacional con pinceladas de Todd Solondz, Peter Bagge y Los Simpsons. Drogas, sexo pocho, TV, tiempo libre. En Australia. Hoy". Y sí que hay un poco de todo esto en el libro, más un mucho que no se explica desde fuera, pues Hanselmann tiene una personalidad artística marcada y singular. Visualmente, su trabajo es fresco (en varias acepciones de la palabra) y ligero, como aparecido por sí solo en la página. El artista usa con garra la espontaneidad y la simpleza formal, dos características que son parte intrínseca (y hasta bandera) del lenguaje de la historieta. En lo temático, Hechizo total se preocupa de no preocuparse, es decir, muestra las cosas que son, que suceden, según la lógica interna de unos personajes muy atrayentes, tan definidos que parecen estar ahí de veras. Hay toneladas de hierba en el álbum, y no es que los estados alterados no hayan dado tela que cortar en esto del cómic, pero el retrato de la comunidad de fumetas de Hanselmann no se limita al cuelgue, sino que se construye a partir de él. Megg, Mogg y Owl son una expresión del sopor contemporáneo, de la vida adormecida. Y su creador, un indie entre indies.

Simon Hanselmann. Fulgencio Pimentel. 176 páginas. 21,80 euros.

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