Cultura

Unos tíos muy correctos

Viernes 9 de noviembre de 2012. Sala París 15. David Tattersall (voces y guitarra), Franic Rozycki (bajo) y Jonny Helm (batería y voz). Aforo: 250 personas.

Por momentos geniales y por momentos demasiado previsibles. En todo momento cumplidores y correctos. Y, quizás, faltos de la pizca gamberra que se espera de unos jóvenes ingleses sobre el escenario. The Wave Pictures llegaron la noche del viernes a la sala París 15 y dejaron la impresión de ser unos buenos chicos, de querer agradar, de no defraudar. Son como esos amigos que siempre invitarías a una fiesta que hagas en tu propia casa: Sabes que no van a romper nada, que no se emborracharán, que se irán a una hora adecuada. Pero también que no serán los reyes de la fiesta, salvo alguna que otra genialidad. Y que, aún así, siempre cuentas con ellos. Cómo no, sí es que son unos tíos tan agradables que apetece tenerlos cerca.

The Wave Pictures se trajeron el tiempo inglés a Málaga. Pero el frío, la niebla y la humedad parecían muy lejanas en la calidez de la sala París 15. Allí, la banda regaló un gran directo a las doscientas y pico personas que acudieron a la cita con el trío británico -aunque por momentos fueron hasta siete personas sobre el escenario ya que los entretenidos teloneros, Allo Darlin', se sumaron en más de una ocasión para compartir temas-. Un concierto en el que la banda repasó sus más diez años de carrera y enganchó especialmente de la mano de temas como I love you like a madman, Little surprise o Never go home again, todos de su último trabajo Long Black Cars, un buen disco.

Se agradece, y mucho, que las salas malagueñas se abran también a grupos internacionales como The Wave Pictures. Una ente que brindó un sonido completo y una batería que ya quisieran grandes bandas de rock (lo de Jonny Helm es espectacular), que junto a la sencilla y contundente voz de David Tattersall y unas letras llenas de ironía inglesa, sirvieron al grupo para ganarse al tendido. Una audiencia que no enloqueció, pero que sí disfrutó de buena música y gente cercana. Y eso que los ingleses apenas pudieron hacerse entender entre tema y tema: de su español sólo se supo que podían decir "gracias". Así que ni las historias que contaron ni mucho menos las bromas fueron prácticamente nunca entendidas por el público.

Quizás, también faltó conexión con Málaga porque una parte de los que fueron al concierto parecían más interesados en hablar a voces con el de al lado que respetar la música de los británicos. Quizás, para eso sea mejor que queden con sus amigos en casa para tomar unas cervezas, siempre será más divertido y no molestarán a nadie.

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