Mi amigo el pingüino | Crítica
La estrella es el pingüino, la revelación es un nuevo Jean Reno
El pasado domingo sufrió una cornada en Marbella y de la que se está recuperando a buen ritmo. Saúl Jiménez Fortes (Málaga, 1990) espera con ganas su compromiso de pisar dos veces la arena de la plaza de toros de La Malagueta.
-Las cornadas nunca son bien recibidas pero dentro de lo malo, esta no ocurrió en el peor momento...
-Dentro de que es agosto he perdido compromisos en plazas que tenían menos relevancia. Mi objetivo era no perderme ni Bilbao ni Málaga.
-A pesar del percance, no ha dejado de cosechar buenas críticas.
-Estoy contento con la temporada. El inicio no fue como yo quería sobre todos en las primeras corridas en Valencia y Málaga. Después ha costado cogerle el ritmo a la temporada pero sobre todo estoy evolucionando mucho como torero.
-Siempre se resalta su valor, pero también hay otras cualidades. ¿Molesta?
-El valor es tan principal y salta tanto a la vista que también es fácil que sólo se valore eso. Lo importante es que el resto de cualidades las vaya engrandeciendo para que el valor pase a un segundo plano. No me molesta porque es culpa es mía. Estoy a tiempo de que eso cambie.
-Conociendo su carácter autocrítico seguro que le parece poco todo lo que ha conseguido.
-Sí, porque sé lo difícil que es abrirse paso sobre todo al nivel que están las figuras. Estamos en el siglo XXI y todo pasa muy rápido. Coges y pierdes ambiente de una feria a otra. No te puedes descuidar ni un momento.
-Lidiar y cortar una oreja a un Miura en Pamplona dijo mucho de sus intenciones.
-Sí, sobre todo era una apuesta que teníamos con la Casa de Misericordia para entrar en la feria. Al final salió bien. Hubo mucha gente que pensaba que no iba a llegar preparado y eso ha sido la tónica general en mi carrera, como me pasó cuando tomé la alternativa. Lo importante es que lo pude hacer y eso me ha dado mucha moral y fuerza para la temporada.
-¿Tiene en mente otros compromisos con ese tipo de ganaderías?
-Ahora mismo no. Tengo compromisos importantes y después de agosto y septiembre están Salamanca, Dax y Nimes, que me hace mucha ilusión conquistar Francia, el mano a mano de Sevilla y estamos a la espera de la Feria de Otoño y de Zaragoza, donde es posible que vaya dos tardes. Con eso tengo para entretenerme (risas).
- Una mano a mano en Sevilla con un toreo local como es Nazaré.
-Además somos dos toreros con ilusión y con proyección y que ilusionan a los aficionados. Ese cartel se cerró en marzo y esas expectativas las admiro mucho de la empresa porque podría llegar la fecha de la corrida y no interesar a nadie.
-En Málaga está anunciado dos tardes en carteles muy distintos; uno de los llamados 'mediáticos' y otro de los de relumbrón.
-La Feria ha venido condicionada por las fechas y porque se ha confeccionado muy tarde. La estructura de la Feria era distinta y en base a las ausencias y a las fechas que teníamos nosotros y las figuras y han encajado así. Son ganaderías que me gustan y creo que son carteles que atraen a gente aunque sean distinto público. Para el que me quiera ver son ganaderías que creo que va a dar mucho juego.
-Su segundo día se cumplen dos años de su alternativa. ¿Con qué se queda de todo este tiempo?
-Con la madurez y con la experiencias que voy viviendo y con que tengo la oportunidad de estar en muchas plazas y de vivir de lo quiero. Mi situación con 23 años, de no ser torero no sería fácil o sería de otra manera. Simplemente poder dedicarme a lo que quiero y conseguir lograr metas es importante.
-No ha faltado en La Malagueta ni de novillero ni de matador incluso se ha enfrentado a una encerrona. ¿Qué le queda?
-Queda mucho. Queda una faena redonda y rotunda que ilusione a la gente. Quizá es lo que ha faltado en mis actuaciones como matador de toros.
- ¿Le gustaría otra encerrona?
-Si, me gustaría pero más adelante. Ahora mismo no se puede hablar de fechas. Tampoco se puede ser repetitivo.
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