Luchar frente a la pandemia por la Covid-19 requiere un enorme esfuerzo en todos los ámbitos de interés: la prevención, la detección precoz, la atención sanitaria y el tratamiento de los casos.

Aunque hoy se conocen muchos más aspectos en relación al coronavirus, aún quedan pendientes otros muchos que resultan imprescindibles para conseguir el objetivo de disponer de tratamientos eficaces y de vacunas preventivas que nos permitan acabar con la enfermedad. Mientras esto no sea así, el coronavirus estará entre nosotros y sólo podremos defendernos con estrictas medidas preventivas.

En este contexto, la noticia relativa a la compra masiva de toda la producción del medicamento remdesivir por parte del gobierno de EE.UU., ha generado una enorme polémica y una injustificada preocupación en muchos países ante la posibilidad de no tener acceso a esta terapia. En cualquier caso hay que señalar que la terapia con remdesivir no es aplicable en todas las situaciones clínicas de la Covid-19 (solo en situaciones concretas de pacientes graves que requieren respiración asistida) ni produce la curación de la enfermedad, sino una recuperación más rápida; ello hace que, siendo una terapia interesante, no parece que vaya a darse una situación de desabastecimiento general. Pero esta compra masiva por parte de Estados Unidos y la forma en la que se ha presentado en los medios de comunicación, supone un ejemplo de lo que no debe suceder cuando hablamos de terapias de interés general, porque ofrecen la imagen de falta de estrategias de solidaridad eficaces y generan una presión sobre los gobiernos.

La imagen de las empresas farmacéuticas, que en general realizan una importante labor en pro de la salud de las personas, se ve afectada por situaciones como esta que generan malestar en los gobiernos e inquietud en la ciudadanía que, en relación con la pandemia de la Covid-19, sigue los asuntos relativos a las terapias con especial atención e interés.

En esta situación de preocupación general que la Covid-19 genera en todo el mundo al saber que el virus está presente y sabiendo que puede generar daños enormes en la salud mundial y en la economía, todos tenemos puestas nuestras esperanzas en obtener terapias eficaces y, sobre todo, una vacuna capaz de prevenir la enfermedad.

La vacuna es un sueño colectivo que debe quedar al margen de operaciones especulativas y de acaparamientos insolidarios similares a los que suponen este caso del remdesivir. Asegurar el acceso universal y equitativo de la vacuna (cuando los investigadores la consigan poner a disposición de la sociedad), es un objetivo esencial por razones de equidad y por razones de eficacia.

Acabar con la Covid-19 es un objetivo que solo será viable permitiendo el acceso universal a las terapias y a los recursos preventivos que, como las vacunas, puedan estar disponibles en manos de los profesionales sanitarios tras los esfuerzos de investigación que realizan las empresas farmacéuticas. Es imprescindible asegurar el acceso universal y equitativo a todas las terapias. Y que sea a un coste asumible que retribuya sin especulaciones los esfuerzos de inversión que se realizan para ello.

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