Análisis

manuel sánchez

La Administración Biden arranca con nuevo plan fiscal

La Administración Biden inicia su mandato con un frágil legado económico a raíz de la pandemia, reflejado en la evolución de la actividad, el empleo y su situación presupuestaria. En este sentido, tras situarse el PIB nominal de EEUU a finales del 3T de 2020 un 2,7% por debajo de su nivel previo al inicio de la crisis sanitaria, en diciembre el mercado laboral estadounidense registró una pérdida de 9,8 millones de puestos de trabajo respecto a su máximo del pasado febrero. Todo ello unido a que su déficit presupuestario podría alcanzar un 16,4% del PIB a finales de 2020.

En este escenario, la situación epidemiológica y la moderación del ritmo de crecimiento constatada en los últimos datos de movilidad, consumo de los hogares y empleo ha dado lugar al anuncio de nuevos estímulos fiscales. El presidente Joe Biden se ha fijado como meta aprobar un nuevo plan fiscal de 1,9 billones de $, adicional a los aprobados en marzo (2,3 billones de $) y diciembre (900.000 millones de $) de 2020. El denominado American Rescue Plan (ARP) tendrá como objetivos no sólo acelerar el programa de vacunación y el control de la crisis sanitaria, sino también apoyar a hogares, personas desempleadas, pequeñas y medianas empresas y gobiernos estatales y locales. Sin embargo, su cuantía final estará determinada principalmente por la capacidad de llegar a consensos con el partido republicano, quienes sí podrían mostrarse partidarios de realizar una nueva roda de ayudas directas a familias y desempleados. En cualquier caso, la puesta en marcha del ARP será clave para apuntalar la recuperación hasta que se produzca el ansiado control de la pandemia.

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