La bolsa española cerró ayer en tablas, incapaz de asaltar los 9.500 puntos, y se situó como el peor mercado del día en Europa pese a que los datos publicados en esta sesión (confianza en Alemania y evolución de la economía china) invitaban al optimismo.

Al cierre, el principal selectivo del mercado español ganó 0,20 puntos, un cero en términos porcentuales, hasta los 9.497,30 puntos, con lo que desde el principio de año el Íbex sube un 11,21%.

Ayer se conoció que el índice ZEW de confianza inversora en Alemania ha vuelto a terreno positivo por primera vez en un año, lo que fue suficiente para que las bolsas europeas se decantaran por las compras, especialmente en el caso de Fráncfort.

Estos datos de ZEW son, en líneas generales, buenos porque el indicador ha vuelto a positivo pero reflejan también que el subíndice de condiciones actuales se desploma y marca su nivel más bajo desde noviembre de 2014.

Los mercados asiáticos enviaron señales positivas, con subidas de hasta el 2,7% en el índice CSI chino, después de conocerse que el último informe de la OCDE presentado en Pekín mantiene que la economía china seguirá creciendo con fuerza.

El informe considera que hay factores estructurales que están ralentizando la evolución de la economía pero destaca que, comparado con estándares internacionales, el crecimiento sigue siendo robusto. Los datos trimestrales de PIB se conocerán hoy mismo.

En 2018 la economía del gigante asiático, que aporta actualmente cerca de la cuarta parta del crecimiento global, creció un 6,6% y el Gobierno chino prevé que lo haga entre un 6 y un 6,5% este año.

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