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En diciembre, el dato adelantado del IPC de nuestro país sigue confirmando la senda de moderación de las tensiones inflacionistas a cierre de 2023. En un entorno global caracterizado por la delicada situación geopolítica y la volatilidad de la cotización del petróleo, la caída de los precios de los combustibles y el menor avance de los alimentos han contribuido nuevamente a esta tendencia. En un contexto en el que también la demanda podría estar ya acusando el endurecimiento de las condiciones financieras.
Según los datos publicados por el INE, la variación interanual del IPC general en diciembre se situó en un 3,1% (una décima menos que el mes anterior), debido en gran medida a la estabilidad de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas. Por su parte, la tasa de inflación subyacente (excluyendo energía y alimentos frescos) observó una mayor moderación al retroceder a un 3,8% interanual. Aun configurándose estos datos como positivos, será clave de cara a 2024 la evolución de los costes laborales y la futura política económica de nuestro país.
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