Hoy les contaré la historia del Fonnland, un pequeño barco que lleva algo más de una década frecuentando con asiduidad las aguas del puerto de Málaga. Pero antes de llegar al momento en el que este buque empezó a surcar las aguas malacitanas, les contaré cual fue su biografía con sus anteriores nombres. Construido entre los años 1991 y 1993 en los astilleros húngaros Ganz Danubius Shipyard & Crane Factory de Budapest, nuestro protagonista de hoy fue bautizado con el nombre Jens. Pocos meses después de iniciar su vida de mar, en concreto en marzo de 1993, su armador alemán, el mismo que había encargado su construcción, lo rebautizaba como Lyme Bay; una denominación que mantuvo hasta 1998, fecha en la que recibió su tercer bautismo como Aura. Luciendo la bandera de Antigua y Barbuda, en mayo de 2006, este carguero llegaba por primera vez a Málaga; un atraque que se produjo en el muelle número seis en un viaje entre Nador y Belfast. Llegados a este punto, les diré que este buque fue adquirido 2007 por un armador noruego; un propietario que lo renombró como Fonnland y lo abanderó en este país nórdico. Con 84 metros de eslora, 12 de manga y 2.416 toneladas de registro bruto, este barco que dispone de una sola bodega de carga y que lleva en su cubierta una excavadora, en se septiembre de 2010 iniciaba su ya prolongada historia malagueña. Mostrando por aquellas fechas la bandera de Noruega que en junio de 2012 cambiaría por la de Chipre, el Fonnland comenzó a transportar a Ceuta y Melilla áridos para construcción.

Sin mantener una periodicidad fija y realizando estos portes en función de la demanda, el casco rojo de este pequeño buque se ha convertido en una imagen habitual en el puerto de Málaga; unas escalas que, particularizando en los dos últimos años, por no profundizar más atrás, significaron respectivamente: 34.979 y 42.600 toneladas de áridos para las dos ciudades autónomas.

Un desconocido buque que, con la singular circunstancia de haber estado consignado desde su primera llegada en 2010 por la casa Servimad, realiza anualmente un considerable número de portes. Una habitualidad que, escondida en las estadísticas portuarias malagueñas había que destacar.

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