El Íbex 35 volvió a cerrar en rojo ayer, al anotarse una caída del 2,45% que le llevó a alejarse incluso de la cota de los 9.300 enteros, en una jornada que sigue marcada por la incertidumbre ante la expansión del coronavirus chino y la alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre una "posible pandemia".

El selectivo español finalizó en los 9.250,8 puntos, con lo que borró todas las ganancias acumuladas en el año y perdió un 6,43% de su valor en lo que va de semana, tras marcar anteayer su mayor descenso diario (-4,07%) desde el referéndum sobre el Brexit.

El analista de XTB Joaquín Robles señaló que el gran miedo de los inversores es que las medidas de contención del virus puedan generar un menor crecimiento.

Así, en las últimas sesiones se han rebajado las perspectivas de crecimiento para este año y varias compañías han anunciado caídas en sus negocios, siendo los sectores relacionados con los transportes, materias primas y consumo los más penalizados.

El Tesoro español ha desafíado esta circunstancia, en la que los mercados mundiales registran altos niveles de volatilidad, y lanzó ayer nuevas obligaciones a 30 años, colocando finalmente 5.000 millones con una demanda de 18.000 millones.

La mayoría de índices europeos siguieron la misma línea que el Íbex 35. De este modo, Milán cayó un 1,44%, mientras que Londres lo hizo un 1,94%, París un 1,94% y Fráncfort un 1,88%.

El precio del barril de petróleo de calidad Brent se situó en 55,66 dólares, mientras que el Texas se colocó en los 50,67 dólares.

La prima de riesgo española se rebajó a 68 puntos básicos, con el interés exigido al bono a diez años en el 0,204%.

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