Análisis

Gumersindo Ruiz

La ONCE y paralímpicos, más allá del deporte

El éxito de España en los juegos paralímpicos es una muestra de que cuando se ponen medios y se crea una buena base de deportistas, se obtienen resultados. Hay que destacar el papel de la ONCE, que desde hace muchos años los apoya, y con una amplia representación de 127 deportistas y 15 de apoyo se han conseguido 36 medallas, además de 131 diplomas de finalistas. En su Guía del deporte para todos, un buscador facilita el acceso al deporte a personas con discapacidades, y dando un paso más, se identifican perfiles profesionales relacionados con las capacidades que se desarrollan mediante el deporte, y programas formativos a medida para la incorporación al mercado laboral de los deportistas. Se cuenta con la colaboración de las empresas adscritas al Foro Inserta Responsable y patrocinadores del Comité Paralímpico, entre las que vemos bastantes con una sólida reputación de responsabilidad social, y alguna oportunista.

Estos programas que vinculan deporte y trabajo son muy interesantes, pues la práctica del deporte de alto nivel y rendimiento, y también el que hace cualquier persona con discapacidad o sin ella, da preparación y fluidez para actuar en la vida, como consecuencia de realizar una tarea que requiere concentración y esfuerzo. Es conocida la experiencia del sociólogo Loic Wacquant, que se entrenó como boxeador buscando a través del cuerpo cómo mejorar la percepción del mundo. "Mis percepciones visuales -dice- crecían a medida que mi cuerpo se entrenaba. Sobre todo, adivinaba los ataques de mis contrincantes mirándole a los ojos, la orientación de sus hombros, la posición de sus manos y de sus codos". En el boxeo se aprende del propio cuerpo y del cuerpo de los otros, y lo mismo puede decirse de la percepción visual en un deporte a dos como el tenis.

Las capacidades adquiridas mediante la disciplina que exige el deporte pueden ser útiles más allá de las técnicas y habilidades específicas, pero es una cuestión menos intuitiva de lo que parece, pues no es fácil pasar del entrenamiento del cuerpo al esfuerzo consciente para el estudio y el trabajo. Con discapacidad física o mental, o sin ellas, hay personas que no alcanzamos a dominar deportes, estudios, o las habilidades que exige una profesión, y de ahí la importancia de considerar el esfuerzo relativo que necesitan hacer algunas personas, y las oportunidades, expectativas y motivación que pueden o no tener para hacerlo.

Hemos visto estos días circular millones de cupones de la ONCE con imágenes de los distintos deportes, dando presencia a los juegos y estímulo a los deportistas españoles, lo que muestra la utilidad de las loterías que tienen como propósito revertir socialmente sus resultados, frente a las apuestas adictivas que, por muchas vueltas y justificaciones que se le quiera dar, no dejan de ser una lacra social, sobre todo cuando utilizan como cebo algo tan noble como debería ser el deporte. En cualquier caso, frente a tanto pensamiento negativo que nos asola, y el hábito que hemos adquirido de buscar siempre un defecto a cualquier cosa, estos juegos paralímpicos han sido para España una satisfacción, y transmite esa confianza y optimismo que forman parte del espíritu y de la marca ONCE.

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