Análisis

Alicia López (Efe) paz ivisón

Miembro de la Academia Andaluza de Gastronomía y Turismo.

Pepe rodríguezDani García y su nuevo menú solidario en MadridCantando fino

El chef organiza desde su casa de Marbella el reparto de comida elaborada en el Four Seasons a un millar de familias

El chef Dani García, con tres estrellas Michelin en su currículum, ha puesto en marcha los fogones del hotel Four Seasons de Madrid, aún cerrado al público, para preparar un millar de menús para familias necesitadas con las recetas que él suele cocinar en su casa.

Una comida "equilibrada, rica pero también nutritiva porque es solo una al día" y que incluye el postre, que suele ser fruta, lácteos o algo más "goloso", explica Dani García.

Desde su confinamiento en Marbella organiza el menú para toda la semana junto a Omar Mallen, chef ejecutivo de este hotel de lujo que abrirá en septiembre al no poder haberlo hecho en mayo a causa de la pandemia y que incluirá un restaurante de Dani García.

Él es quien coordina a un equipo de doce personas, incluyendo voluntarios, que en sus menús ofrecen platos como bacalao con verdura, lubinas a la bilbaína o carne guisada con un caldo de garbanzos. El domingo "suele ser el día del arroz", sobre todo con costillas, porque "gusta mucho", cuenta Dani García.

Este cocinero está muy orgulloso de un proyecto que arrancó el 27 de abril a iniciativa de los propietarios del hotel, que querían hacer algo para colaborar en medio de esta crisis. "Nosotros también estábamos interesados y pensamos que si todo el mundo empuja un poquito hacia cosas que pueda hacer, en nuestro caso cocinar, todo iría mejor", dice.

Así se puso en marcha Cocinando desde el corazón de Madrid, una iniciativa que en principio mantendrán todo este mes, aunque harán "todo lo que haga falta" hasta que se reactive todo, asegura. "Nos encantaría poder seguir ayudando, a ver cómo evoluciona la pandemia y si se puede seguir ayudando, seguiremos", sostiene Omar Mallen, que no para un minuto en la enorme cocina, supervisando desde el guiso de jarrete hasta el bizcocho de plátano con praliné casero. Otros días acompañan el menú con el famoso arroz con leche de Dani García, que es "espectacular".

Desde estas cocinas salen temprano mil menús que se reparten entre las familias más vulnerables de nueve distritos de la capital: Chamberí, Tetuán, Chamartín, Ciudad Lineal, San Blas, Vicálvaro, Carabanchel, Usera y Puente de Vallecas. Y son todos los días de la semana, desde este rincón pegado a la Puerta del Sol, los que este equipo se pone manos a la obra tras enfundarse una camiseta negra con el mensaje 'Queremos ser útiles'.

Los menús que preparan cuestan aproximadamente unos dos euros y medio, sin gastos de personal, detalla Mallen, un precio que han conseguido reducir tanto gracias a la colaboración de sus proveedores habituales, que o bien les han dejado los productos a precio de coste o han hecho donaciones.

Esta iniciativa y la crisis del coronavirus le ha cambiado la vida a Dani García, cuenta, y por eso está pensando en reorientar los objetivos de su fundación, hasta ahora más centrada en combatir la obesidad infantil, para echar un cable "a la gente que pasa hambre". "No me quiero poner muy cursi, pero lo más grandioso de ser cocinero es hacer algo con las manos, de una manera artesana, para hacer felices a los demás, estén o no necesitados", afirma este prestigioso chef.

ORDENANDO papeles en estos pasados días de "secuestro sanitario" encontré los apuntes para una charla que tuve el honor de dar en las VI Jornadas Del Vino Fino que se celebran en El Puerto de Santa María. Al releerlos, observé que no han perdido actualidad a pesar de haber cumplido ya casi 20 años. Dada la gran ayuda que tanto el flamenco como el vino de Jerez han proporcionado a mi ánimo en estos meses de desánimo, tristeza e incertidumbre, quise dedicar una vez más este espacio a esa alegre e indisoluble pareja.

El tema se centraba en una simple pregunta: ¿en cuántas letras de los cantes flamencos aparece la palabra fino? Sorprendentemente en muy pocos cantes. En muchos de ellos encontramos el término vino, que bien podría haber sido fino porque no rompería ni la rima ni el ritmo del cante.

Por ejemplo, el taranto que cantaba el gran Manuel Torre: "¿Dónde andará mi muchacho / que hace tres días que no veo / si estará bebiendo vino / o andará por ahí borracho..."

Según los expertos, las primeras referencias de las bulerías datan de 1870, y se atribuyen al Loco Mateo, del barrio de Santiago de Jerez. Justo los mismos años en los que el fino emerge como vino independiente, como un tipo de jerez con personalidad y nombre propios. Pero a pesar de la simultaneidad y la festiva y contagiosa alegría de ambos, yo no he encontrado letras de bulerías que incluyan el término fino.

Camarón de la Isla, con letra de Federico Garcia Lorca, canta en el rompedor disco La leyenda del Tiempo, la siguiente bulería: "En los olivaritos niña / te espero/ con un jarro de vino / y pan casero".

Enrique Morente estuvo a punto de dar en el clavo, pero no llegó a rematar. En unos tangos de su disco Sacromonte incluye una letra que reza así. "Cuatro mil relin.../ no quiero juergas ni vino / sólo quiero una copilla / una copilla de vino".

Menos mal que encontramos en las bellísimas Cantiñas del Contrabandista de la cantaora catalana Mayte Martín a la manzanilla: "Por tabaco a Gibraltar / a Roma se va por bulas / por tabaco a Gibraltar / por manzanilla a Sanlúcar / y a Cádiz se va por sal".

¿Para cuándo las bulerías del fino?

Si existen, ruego al inteligente lector/a que me lo haga saber.

Será un placer conocerlas.

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