Andalucía, Cataluña, España
Ventanales
Hace unos días, el puerto recibía la visita del super yate Rising Sun. Cumplimentando su tercera escala malacitana, este buque de 138 metros de eslora integrado, como no podía ser de otra manera, en la lista de los barcos de recreo privados más largos del mundo, participa de una curiosa peculiaridad; una circunstancia que, en cierta medida, lo diferencia de los otros grandes yates que navegan por los mares del mundo.
Pero antes de reseñarles esta curiosidad, les diré que el Rising Sun fue construido en 2004 en los astilleros alemanes Lürssen Yachts por encargo del fundador de Oracle Corporation Larry Ellison. Tras pagar por él 337 millones de dólares, pocos años después, este barco pasaba a manos del productor musical, teatral y cinematográfico norteamericano David Geffen, fundador junto a Steven Spielberg de la productora Dreamworks.
Con unos números impresionantes, en sus cinco cubiertas, este superyate que sufría una reforma en 2007, dispone de 82 estancias; unos espacios que suman 8.000 metros cuadrados donde se encuentran ocho camarotes para 16 invitados y 30 cabinas más que sirven de alojamiento para los 45 tripulantes de este barco. Disponiendo de todo lo que un buque de estas características puede llevar a su bordo, las 7.841 toneladas de registro bruto del Rising Sun destilan un cierto aire clásico; unas líneas exteriores en las que destacan fundamentalmente sus dos vistosas cubiertas superiores que, salvo a popa, están totalmente acristaladas. Mostrando multitud de ventanales, esta disposición recuerda mucho a la de los buques de línea británicos de la compañía P&O Line; unos barcos que, debido a sus largas navegaciones a la India a finales del siglo XIX y primeras décadas del XX, debían disponer de grandes espacios de ventilación resueltos en cubiertas con grandes ventanales con o sin cristales.
Teniendo en cuenta que el proyecto exterior del Rising Sun fue realizado por el estudio de diseño náutico británico Bannenberg & Rowell, está claro que la imagen de aquellos veteranos buques de línea que, muchos de ellos reconvertidos en barcos de turistas también pasaron por aguas malacitanas, ha quedado reflejada en una parte de este superyate.
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