Hoy les contaré la historia de un barco que nunca vino a Málaga; un extraño buque que tras ser anunciado durante varias semanas jamás tocaría las aguas malacitanas.

Corría octubre de 1979 cuando la gran mayoría de los medios de comunicación locales comenzaron a informar sobre una nueva línea marítima; una ruta que a diario enlazaría los puertos de Málaga y Tánger. Con el principal atractivo de la rapidez, la opción de viajar a la ciudad marroquí en dos horas y media constituía un muy buen reclamo turismo.

Y así, ante esta nueva opción, el 18 de octubre de 1979 se anunciaba oficialmente la llegada del hydrofoil Alispan Terzo, un pequeño barco de alta velocidad que sería el encargado de realizar esta línea. Con la novedad de que nunca había visitado Málaga un buque de estas características (estos disponían de unas alas o patines que, al alcanzarse una cierta velocidad elevaban su casco), su rareza y sobre todo su atractivo viaje dibujaban un floreciente negocio que parecía que venía para quedarse.

Construido en un astillero georgiano en 1969, este buque de 35 metros con capacidad para 116 pasajeros formaba parte de una muy amplia serie de barcos de origen ruso integrados en una clase denominada Kometa. Tras navegar para una compañía yugoslava con el nombre Karolina, en 1971 era vendido a una naviera italiana que lo rebautizaba como Alispan Terzo. Tras operar durante algunos años con base en Nápoles, la opción de iniciar una ruta turística entre Málaga y Tánger encandiló a sus propietarios que pusieron en marcha el proyecto gestionado por una empresa denominada Intercontinental de Navegación.

Obtenidos todos los permisos y lanzada una ambiciosa campaña publicitaria, la llegada del hydrofoil programada para el 19 de octubre no se produjo. Aplazada a diario su entrada malagueña, finalmente, diez días después, la empresa gestora de la línea anunciaba que el Alispan Terzo no vendría a Málaga. Al parecer, en su viaje de posicionamiento desde el puerto napolitano, un fuerte temporal lo había dañado muy seriamente.

Y aunque aquel hydrofoil nunca llegó, la ruta tangerina sí que se realizó; una línea acometida por otro barco de la que les hablaré en otra ocasión.

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