Hace unos días, en concreto en la tarde del pasado 24 de diciembre, mi buen amigo Juan Luis Rodríguez, el capitán del buque de carga Festivo, me enviaba una foto de los manjares que él y su tripulación iban a degustar en su cena de Nochebuena.

Canapés y mariscos variados, además de unos pimientos del piquillo rellenos de bacalao y gambas conformaban el menú; una carta que, ausente de vinos y bebidas alcohólicas que están prohibidas a bordo, se completaba con un amplio surtido de productos navideños.

Propiedad de la naviera malagueña Marítima Peregar desde principios de 2012, el Festivo es un buque de carga rodada de 136 metros construido en Suecia en 1979 que, en la actualidad, cubre una ruta entre Algeciras y Ceuta tocando los fines de semana los puertos de Melilla y Málaga. Atracado en aguas algecireñas para pasar la Nochebuena y el día de Navidad, de los 12 tripulantes que navegan en él, siete recibían permiso para desembarcar por tener a la familia cerca, mientras que el resto, como otros muchos marinos en todo el mundo, afrontaban estas fechas tan señaladas alejados de sus casas.

Sin dejar sus obligaciones a bordo, el capitán, el jefe de máquinas, el primer oficial de cubierta y dos marineros, a las 21:00 de esta noche tan señalada, sentados en dos mesas en la cámara degustaron su cena de Nochebuena; un menú que curiosamente había cocinado el capitán al que no se le dan nada mal las artes culinarias.

Asumiendo que las ausencias en estas fechas tan señaladas forman parte de su profesión y con el añadido de que a causa de la pandemia los familiares más cercanos no pudieron embarcarse para la cena (esta circunstancia suele ser habitual en tiempos de normalidad), la celebración gastronómica a bordo del Festivo, con el recuerdo de los seres queridos, transcurrió entre las luces y sombras con la que todos los marinos afrontan estas fiestas.

Y como les he contado lo que la tripulación de este barco cenó en Nochebuena, no me resisto a decirles el día de Navidad, además de los restos de la noche anterior, como hacemos todos, los tripulantes del Festivo comieron una suculenta paella con bogavante. Las penas con pan, o mejor dicho con buena comida, son menos.

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