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Tribuna Económica
El tamaño de la población en Andalucía ha sido tradicionalmente considerado como una importante ventaja estratégica, nunca adecuadamente aprovechada. Nuestra influencia en el conjunto de las decisiones políticas trascendentales de las últimas décadas, pero sobre todo las que afectan de manera directa o indirecta a los intereses de Andalucía, ha sido muy inferior a la que podría que haber sido. Los últimos datos de población del INE indican que esta ventaja estratégica podría estar debilitándose.
El pasado mes de julio la población andaluza era de 8,6 millones de personas, 25.285 más que en julio de 2023, de los que 23.899 eran extranjeros. Somos el 17,7% de la población española, la comunidad más poblada, pero no la que más crece. De hecho, solo capturamos el 8,1% del crecimiento demográfico español del último año, que es aproximadamente la mitad de lo que nos correspondería por razón de tamaño. Hay tres comunidades, la Valenciana, Cataluña y Madrid, que han crecido más que Andalucía tanto en términos absolutos como relativos y otras nueve que lo han hecho en términos relativos. Solo Aragón, Baleares, Canarias y Murcia han crecido menos que Andalucía en el último año.
Son datos de la Estadística Continua de Población del INE, que nos permite ampliar la perspectiva temporal y tranquilizarnos un poco. Entre 2002 y 2023, Andalucía consiguió capturar el 16,9% del crecimiento demográfico español, que es cifra muy próxima a la de su tamaño relativo. El mismo porcentaje se elevó hasta el 19,3% (308 mil de un total de 1,6 millones) en el periodo 2010-2023, una etapa especialmente difícil porque incluye los años en que la crisis financiera golpeó con mayor dureza a la economía española, provocando una drástica reducción de la inmigración. La demografía andaluza mantuvo el tipo en ese periodo, pero volvió a perder fuelle con la recuperación. Entre 2015 y 2023 solo consiguió capturar el 11,8% del crecimiento demográfico español.
La clave está en los extranjeros, que en Andalucía representan el 10% del total (13,6% en España) y son más del doble que hace dos décadas, aunque con importantes diferencias según provincias. Jaén y Córdoba son las únicas que pierden población el último año (-1.576 y -3.682, respectivamente) pese a que en ambas aumentan moderadamente los extranjeros. En otras tres el crecimiento total es positivo (Cádiz, 2.219; Huelva, 277; y Sevilla, 3.770), pero disminuyen los españoles y aumentan los extranjeros, mientras que en Granada, Almería y Málaga se incremental ambos colectivos (en 3.716, 7.023 y 13.338, respectivamente).
Estos datos indican: a) que se debilita el valor estratégico tradicionalmente atribuido al peso poblacional de Andalucía, en buena medida por el déficit de captación de extranjeros; b) que las potenciales ganancias que el tamaño poblacional tendría que haber proporcionado a Andalucía han sido dilapidadas durante cuatro décadas; c) Cataluña, Madrid y Comunidad Valenciana son las principales beneficiarias del nuestro debilitamiento estratégico; d) las ventajas de la demografía dentro de Andalucía se desplazan desde el interior al litoral y desde la parte occidental a la oriental.
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