Tiempo Un frente podría traer lluvias a Málaga en los próximos días

Hace unos días, llegaba al puerto uno de esos super yates que no pasan desapercibidos y que nos hacen pensar en las listas o clasificaciones de los barcos privados de recreo más grandes y lujosos del mundo. El yate del que les hablo se llama Ulysses, y fue construido entre los años 2014 y 2015 los astilleros noruegos Kleven Marine por encargo de un empresario neozelandés de que pagó por él 200 millones de dólares. Manteniendo la habitual nómina de los más reputados ingenieros, arquitectos y diseñadores internaciones de yates, el Ulysses de 107 metros de eslora y 5.937 toneladas de registro bruto, participa de todos y cada uno de los estándares de los grandes buques privados; unas especificaciones que, sin olvidar el helipuerto, contabilizan salones, piscinas, salas de ocio, deportes acuáticos, además de 15 selectos camarotes que permiten albergar a un total de 30 pasajeros.

Y si bien estas características, en mayor o menor medida, resultan comunes a los grandes yates, les diré que el Ulysses, que hace varios meses fue reformado para incrementar sus especificaciones, participa de una peculiaridad que lo hace destacar del resto de los más exclusivos barcos privados de recreo.

Clasificado como un yate de expedición, una novedosa modalidad donde priman diseños que permitan realizar largas navegaciones en climas extremos teniendo como prioridad la reducción del consumo de combustible, en 2016, el Ulysses, que está en el cuarto lugar de la lista internacional de este tipo de buques, fue considerado como el yate con el casco más resistente y mejor construido de toda la flota de barcos de recreo del mundo; un consideración que nada tiene que ver con los lujos que se lleven a bordo.

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