La vida vista

Félix Ruiz / Cardador /

Abúlico PP

YA se sabe cuándo acabará el tormento del PP andaluz: los próximos 1 y 2 de marzo. En esas fechas se celebrará al fin el cónclave extraordinario que designará al sucesor de Juan Ignacio Zoido y al candidato que pugnará en las urnas en 2016, si no hay adelanto electoral, con Susana Díaz. Largos han sido en verdad estos últimos meses, incluso años, en los que los rumores no han cesado y se han barajado tantísimos nombres que muy aburrido sería ahora detallarlos. En Córdoba toda esta movida la conocemos bien, pues el nombre de el alcalde, José Antonio Nieto, ha estado envuelto desde el primer momento en todas las quinielas, aunque su opción llegue al último tramo con una fuerza moderada respecto al gran favorito, José Luis Sanz, a día de hoy alcalde de Tomares y secretario general del partido en la comunidad autónoma.

Después del fiasco electoral que supuso que Arenas no consiguiese la absoluta en los últimos comicios regionales, se supondría que el PP tendría que haber reaccionado con premura para intentar sembrar nuevos bríos, pero al final lo que se impuso fue una especie de nostalgia un tanto depre que ha conducido a un debilitamiento de su posición. De acuerdo que el desgaste profundo que padece el partido en España por su acción de Gobierno en Madrid y por las sombras de corrupción barcenita y gurtelera ha influido, pero no procede de ahí toda la ventaja que con el eterno debate sucesorio popular y su discurso en voz piano, casi inaudible, ha tomado el PSOE y en especial una hábil y enérgica Susana Díaz, que a poco que la animen, y teniendo en cuenta la sociología de nuestra tierra, puede plantarse en una mayoría tan amplia que incluso Izquierda Unida se pueda ver en un aprieto. Como demostración de esta pérdida de fuerza, basta mirar la presencia que hoy tiene la presidenta a todos los niveles, gracias a su cargo pero también a sus afanes, y lo escasamente conocido que es Sanz y también el propio Nieto allende nuestras fronteras provinciales. No sé si en el PP andaluz alguien piensa que podrán gobernar Andalucía en plazo breve, pero la sensación externa que han dado es que se les cayeron los brazos a ras de suelo. Que el ánimo se les dobló. Veremos qué ocurre ahora. Al menos, dejaremos atrás de una vez por todas el recurrente debate sucesorio. Y es que ya decían los clásicos del cine que la intriga, cuando se pasa de rosca, corre el riesgo de convertirse en un tostón o, lo que es peor, en una comedia. Y por ahí le anda la interminable diatriba popular andaluza.

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