No basta con decir que no eres machista. Ni siquiera basta con no serlo. Hay que demostrarlo, contagiarlo, concienciar. Una de las mejores vías, y en las que más se trabaja de un tiempo a esta parte, es el lenguaje inclusivo. Así que quizá toque reversionar clásicos que siempre se usaron para demostrar amor y bajo los que subyacen micromachismos y charcos de toxicidad. Este país lleva muchos años luchando contra su gran herida, la Guerra Civil, y también toca hacerlo desde la manera de hablar y escribir.

Por eso, qué mejor que decirle a alguien que te vives de amor, en vez de morir de ello. Que no se trata de que no puedas vivir sin esa persona, sino que con ella sientas que no temes la muerte, pues en caso de llegar, no podrías irte más feliz. Puestos a transmitir que tu amor es muy intenso, nada de prometer un para siempre, mejor agradecer que el día de hoy haya sido tan bonito.

Un "te necesito" puede llegar a ser un peligroso mensaje grabado en tu subconsciente, uno tiene que ser autosuficiente y conseguir vivir el amor como un complemento de la propia grandeza. Para que así el "te necesito" se convierta en un "me expandes". Mismo daño que puede hacer un "sin ti no soy nada". Oiga, usted por sí mismo debe ser, o al menos perseguirlo, todo lo que desee. Y así dos personas juntas que piensen y sientan de ese modo serán una fuerza imparable, no un parche ni una obligación.

Para qué decirle "sin ti no sé lo que haría" pudiendo suscribir un "contigo podría hacerlo todo". Y antes que echar de menos a la otra persona cuando no está a nuestro lado, guardémosla de más al estar con ella, para que de ese modo la añoranza solo sea una estación intermedia hasta el nuevo encuentro.

No hay que olvidar que las construcciones "deber" o "tener que" implican una obligación, y en el amor la única premisa de partida debe ser el respeto y dar sin exigir intereses.

Mejor que un "pídeme lo que quieras", un "te doy todo lo que me apetezca". Huyamos del "por ti haría lo que fuera" y convirtámoslo en "contigo me siento capaz de hacer más cosas". Apostemos por el "me recuerdas que soy único/a" por encima del "me haces sentir único/a". Y siempre es preferible elegir un "me vuelves cuerdo" a un "me vuelves loco".

Y, por supuesto, menos escuchar las letras cosificadoras de reguetón, que hacen tanto daño como en su momento las de copla, y más leer a todas esas personas que se preocupan por transmitir un lenguaje que apuesta por la igualdad. Solo así conseguiremos disfrutar de algo mucho mejor que los amores exclusivos: los amores inclusivos. Y estoy seguro de que algo similar le dijo Ester Expósito a C Tangana a bordo del yate.

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