Ancianos

Hay gente que se empeña en ver en esos dos ancianos a dos abstracciones ideológicas: la Democracia frente al Fascismo

Cuando yo era niño, en los años 60, de tarde en tarde se entrevista en los periódicos a algún superviviente de la guerra de Cuba. Solía ser un octogenario al que no le hacían demasiada gracia las fotos ni los periódicos, y que por lo general no tenía ninguna gana de hablar de su vida -que le parecía muy poco interesante-, ni mucho menos de lo que había hecho cuando era muy joven y lo mandaron a combatir al otro lado del océano, donde muchos de sus compañeros murieron de fiebres y de disentería. Esa generación desapareció en los años 60, y con ella toda la memoria del 98 y de la guerra de Cuba y de Filipinas, de la que ahora casi nadie se acuerda, no sé si para bien o para mal.

Por eso me ha hecho gracia ver el vídeo de los dos ancianos que lucharon -uno en cada bando- en la batalla del Ebro, hace ahora ochenta años. Ahora mismo, de todos los soldados que participaron en la guerra, quizá sólo queden vivos ellos dos y un centenar más. Y cuando mueran ellos, ya no quedará ningún testigo vivo de lo que fue la guerra en el frente. Al ver a estos dos viejecitos, charlando tan campantes en un vídeo que celebra los 40 años de nuestra Constitución, me he acordado de un tío abuelo mío que murió en esa batalla a la que ellos sobrevivieron. Mi tío abuelo era muy joven (19 años), no tenía ninguna militancia política y le tocó luchar en un bando por puro azar geográfico. Mi madre lo recuerda como un joven muy moreno (tenía antepasados del sur de Italia) al que le gustaba mucho reír. Cuando se fue a la guerra ni siquiera tenía novia (no le había dado tiempo), y tuvo la mala suerte de que le tocase luchar en la batalla más sangrienta de todas. Lo poco que se sabe de él es que murió en un hospital de campaña, en Bot (Tarragona), quizá muy cerca de donde esos dos ancianos del vídeo estaban pegando tiros.

Hay gente que se empeña en ver en esos dos ancianos a dos abstracciones ideológicas irreconciliables -la Democracia frente al Fascismo-, pero dudo mucho que estos hombres tuvieran el más mínimo interés por la política cuando tuvieron que jugarse la vida en nombre de Franco o de la República. Y es curioso que ellos -que conocieron de verdad el miedo- estén dispuestos a llevarse bien con los del otro bando, mientras que muchos jóvenes que no han sufrido más afrenta en la vida que ser bloqueados en Twitter se permitan burlarse de su deseo de olvidar todo el horror vivido.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios