Desde la abogacía

José María Campos

Andalucía, vagón de cola

Cuando un inversor extranjero estudia las posibilidades de España como receptora de sus posibles negocios, tiene en cuenta el sistema político, el régimen fiscal-laboral y, desde luego, las comunicaciones. Estas últimas solían ser un punto a favor de España por sus autopistas y terminales modernas, pero es preciso hacer una excepción en el tema ferroviario, también con determinadas zonas de Andalucía. Resultan sangrantes los casos de Almería o Granada, pero quizás se lleve la palma Algeciras que conserva un trazado de vías arcaico, con el consiguiente aislamiento de su gran puerto. Sin embargo, veremos el caso de las dos ciudades con más desarrollo económico y turístico de esta comunidad autónoma que indudablemente son Málaga y Sevilla.

El residente en la zona de Marbella, por ejemplo, que necesite viajar a Sevilla en tren, tiene dos posibilidades. Una, tomar un Avant en Algeciras que tarda casi cinco horas en llegar (sic) después de atravesar Málaga y Córdoba, antes de arribar a su destino. Otra es trasladarse a Málaga y elegir entre dos opciones: el Regional, que hace nueve paradas antes de llegar; o el Avant que después de tres escalas, y casi dos horas de trayecto, deja al viajero en la Estación de Santa Justa de Sevilla. Y por cierto, estas instalaciones tenían el martes 26 de septiembre las escaleras y rampas de subida averiadas, así como el sistema de pago por tarjeta en la venta de billetes.

En principio, no parece lógico que las dos ciudades punteras de Andalucía no dispongan ya de conexión por AVE u otro servicio rápido, confortable y moderno. Los trenes entre Málaga y Sevilla son incómodos, lentos, sin cafetería, solo con clase turista y asientos tan estrechos como los de Ryanair. Un país cuya principal fuente de ingresos y empleo es el turismo y que aspira a recibir, también en Andalucía visitantes de calidad, pone a disposición de esos visitantes y residentes tan solo vagones de clase turista en trenes sin los servicios mínimos.

Esta situación no parece aceptable y viene de la, a mi juicio, equivocada decisión estratégica de concebir las comunicaciones ferroviarias de Andalucía como un eje norte-sur, en vez de orientarlas transversalmente para unir también a las tierras andaluzas. Las autoridades locales y regionales, empresarios, trabajadores y organizaciones ciudadanas, deberían exigir que las dos principales ciudades andaluzas, y desde luego otras no citadas, dispongan de una vez por todas de trenes adecuados con clases confortables que tiendan naturalmente hacia el AVE, pensando además en el turismo de medio y alto nivel. Pero mientras esto llega, no puede continuar por más tiempo la situación actual que puede calificarse como propia de un país en vías de desarrollo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios