Ande yo caliente

Parece que todo lo que en el pasado no hizo Roma, sí que hoy se hace en Venezuela

Cuando en la antigua Roma el cónsul Escipio decidió acabar con las revueltas de Viriato, uso los servicios de algunos sicarios que, al reclamar el pago posterior, recibieron por respuesta que Roma no pagaba traidores. Sin embargo, parece que todo lo que en el pasado no hizo Roma sí que lo hace hoy Venezuela. Nuevamente otro gran colaborador con la agonía y los estertores del gobierno de Nicolás Maduro ha pasado a engrosar el insigne club de los políticos españoles progresistas y propietarios de chalets de lujo con piscina. En este caso es el expresidente Zapatero el que se ha unido, logrando una ganga por 800.000 euros que estaba valorado en más de dos millones. Y evidentemente localizado junto al Hipódromo de la Zarzuela, porque la zona de Galapagar le ha debido parecer poco.

Evidentemente para alguien del que se desconoce su oficio salvo la pertenencia al Consejo de Estado, la transparencia sobre si es gratis o no tanto apoyo y mediación con la dictadura venezolana es importante. Esas imágenes de personas pasando hambre y necesidades, cruzando fronteras o enterrando a sus familiares por no haber tenido acceso a los medicamentos más básicos, no casan adecuadamente con tantas adquisiciones de propiedades en León, Almería o Madrid. Téngase en cuenta que, si se trabaja para empresas privadas, como así lo han hecho Suárez, González o Aznar, los ingresos extraordinarios pueden estar medianamente justificados. Pero el sueldo público de consejero permanente de estado ronda los 103.000 euros anuales, y teniendo en cuanta los costes de la vida en sitios tan exclusivos, la cosa parece ir demasiado ajustada.

Es lógico que cada cual pueda vivir donde mejor le plazca, al igual que para todo estado democrático respetar la propiedad privada lograda con el trabajo honrado es fundamental. Pero tengamos en cuanta que cuando el gobierno actual quiere controlar esa propiedad privada, limitando los precios de alquiler y otorgando derechos sobre las viviendas a personas de las que se desconoce ingresos salariales o pagos de impuestos alguno, el resto de los ciudadanos no sea tan comprensible. Y en precampaña, el desvincularse de los lujos de los correligionarios de partido podría sonarle a engaño a muchos votantes, salvo mensajes infantiles como los de Groucho Marx: "Hijo mio, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: Un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna".

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