ES corriente que las embarazadas experimenten antojos, que se manifiestan en un apetito especial hacía algún alimento y que tiene lugar a cualquier hora, de forma irresistible y urgente y que no se satisface con un alimento parecido. Entre los más comunes se encuentra el chocolate, helados de un sabor determinado, galletas o frutas. Creo que la actuación de nuestra presidenta en funciones, en la gestión de su investidura, pudo obedecer a un antojo, hasta ahora inédito en las embarazadas, como es ser presidenta de la Junta de Andalucía. No se me entienda mal: el antojo no equivale a capricho; ya era presidenta por designación de Griñan, pero quería serlo por los votos y su partido fue el más votado, sin que los restantes propusieran alternativa. A lo que me refiero es a que su actuación para lograr los votos, positivos o en blanco, necesarios para su investidura, ha sido tan apremiante y falta de consideración hacía los demás partidos, que sólo se explica y disculpa por ser fruto del antojo de una embarazada.

Comenzó con la Mesa del Parlamento, no sólo reservándose 3 de los 7 puestos, sino designando como presidente a un político cuyo talante nada tiene que ver con el de los anteriores presidentes, que el PSOE elegía cuidadosamente y que nada ha hecho para ganarse el sueldo, en estos 82 días. Presionó a todos los partidos, para que, sin haber pronunciado su discurso de investidura, se la facilitaran y terminó con la amenaza de nuevas elecciones, si antes de la constitución de los ayuntamientos no se la garantizaban. En el caso del PP, pretendía su abstención, que su líder no podía comprometer, para que luego, cuando como consecuencia de pactos aceptados por el PSOE, perdieran siete capitales de provincias y pueblos importantes, donde su candidato había encabezado la lista más votada. Hemos visto en TV la comparecencia de Teresa Rodríguez (que si no fuera por los zarcillos y las mangas cortas, parecía una monja de paisano y no una activista de izquierdas), modosita, respetuosa y dolida - "estupefacta" dijo- por el trato recibido.

Se ha tardado un poco más que lo que tardó Fogg en dar la vuelta al mundo, según Julio Verne, pero, como debe ser, la historia tiene un final feliz. Hoy será investida como presidenta de la Junta, por los votos de su partido y los de C's. Como andaluz le deseo los mayores éxitos en su gestión, en cuanto redunden en beneficio de nuestra tierra.

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