La chauna

José Torrente

torrente.j@gmail.com

Apisonadoras

Propaganda, polarización, deslealtad, sectarismo, manipulación, imposición, aislamiento…

La apisonadora de la izquierda gobernante está on fire. Trata de no dejar resquicio al aliento de la oposición, ni al que brota de los propios errores e incoherencias entre lo prometido y lo incumplido por el pedropablismo regente.

La performance de Sánchez e Iván, apisonadora en ristre, arcabuces y escopetillas mediante y algunos rifles sin mirilla después, consiguió sacar del almacén la metáfora del óxido que nos están ofreciendo quienes dirigen España. Propaganda, polarización, deslealtad, sectarismo, manipulación, imposición, aislamiento… Por no hablar del intento de apropiación indebida de la lucha antiterrorista, del blanqueo indecente de sus pactos con la batasuna más troglodita o del marlaskiano acercamiento general de presos etarras a cárceles vascas. Ni de la próxima guinda a ese pastel amargo del cinismo: la entrega al PNV de la llave de las prisiones del territorio euskaldun.

La apisonadora que pilotan, tritura, poco a poco, la voz democrática de la oposición. Le niega su derecho de control. Si no se lo suspende, se lo birla. Si no se lo estrecha, se lo esconde. Repartir sin vigilancia los 140.000 millones de euros de fondos europeos, impuesta con el imprescindible auxilio parlamentario de Vox, es otro ejemplo de apisonadora intención que nos restriegan los pregoneros de la transparencia. ¿El desequilibrado reparto de fondos Covid? Otra apisonadora pedropablista sin freno ni marcha atrás. Dirán que es democracia, pero podemos reprocharles su atrevimiento. Discriminar con las ayudas a autonomías que tienen gobiernos del PP, no es democrático. Ni desviar abundantes y caudalosas partidas a gobiernos independentistas para comprar su favor parlamentario en Madrid. Democracia no es estrechar caminos a quien fiscaliza al gobierno, sino abrir espacios de participación, control y seguimiento. No es aislar al que discrepa, sino coser modelos que ayuden a revestir las dudas, encaminado a la integración y el consenso, y no al frentismo, la polarización y el desencuentro.

La apisonadora de Sánchez es particular, pero su devastadora consecuencia es contra todos. 23 ministerios y tropecientos colegas asesorando es otra forma de triturar recursos públicos sin más retorno que el bolsillo del que ostenta el bien pagado cargo.

Y la apisonadora del desempleo, el cierre de empresas y el hundimiento económico en general, que se desliza desbocada Moncloa abajo, Moncloa arriba, y por en medio también. ¿Qué Iván la para? ¿Qué apisonadora acabará con eso?

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