La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Aprendan de los rocieros

A Andalucía no le sobran rocieros. Le falta quienes demuestren igual entusiasmo por la literatura o el arte

Ninguna hermandad del Rocío es titular de cabeceras de periódicos, emisoras de radio o cadenas de televisión. Luego si hay a quien le parece que Andalucía está saturada de información sobre el Rocío debe presentar sus quejas en las ventanillas de los medios de comunicación, no en la del Rocío. Ni la matriz de Almonte ni su más de un centenar de filiales tienen responsabilidad alguna en esto. Y lo mismo puede decirse de otras fiestas populares andaluzas, aunque su proyección o explotación mediática se limite a lo local, como en el caso de la Semana Santa de Sevilla. Pero es que a cada cual le interesa sólo su feria, su romería o su Semana Santa mientras que el Rocío desborda lo local para interesar a toda Andalucía y a gran parte del país porque desde que se crearon las hermandades de Madrid (1962) y Barcelona (1969) hasta hoy las filiales se han multiplicado por toda España desde Cataluña hasta Canarias y desde Badajoz hasta Mallorca.

Los preciosos ridículos que achacan el retraso económico, educativo y cultural de Andalucía a la exagerada importancia que tienen o se les da a las fiestas populares -y con más saña si estas tienen carácter religioso- deben achacárselo a su éxito y a los medios de comunicación privados y públicos, no a las hermandades ni a los romeros. Estas y estos pagan con sus cuotas las hermandades y se pagan la romería de su bolsillo. No hay subvenciones. Y si el desplazamiento de un millón de personas provoca gastos públicos de orden y de limpieza, también genera cuantiosos ingresos y publicita una región que depende en gran medida del turismo (cuya aportación al PIB andaluz ha pasado en la última década del 11,5% al 13,1%). Además de suponer una fuente de ingresos para los medios (¡tan necesitados de ellos!), que ven aumentadas sus ventas y audiencias gracias a informar de algo que (afortunadamente) interesa más que la tabarra catalana.

Lo he escrito y dicho muchas veces: a Andalucía no le sobran rocieros o cofrades. Le faltan quienes demuestren idéntico fervor y entusiasmo por la literatura, la música o el arte. Y estén dispuestos a asociarse, echarle muchas horas de trabajo no remunerado a sus asociaciones y gastarse sus cuartos en pagarse sus fervores o gustos en vez de piar como polluelos para que la Administración les eche el gusanito cultural subvencionado en sus piquitos abiertos. Aprendan del Rocío en vez de criticarlo.

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