El pasado sábado, la líder de Ciudadanos Inés Arrimadas publicó un artículo en el diario El País bajo el título Salvar el Frankenstein o salvar España¡Vaya! me dije preocupado, la mayoría parlamentaria no es España ¿hay más no España que España en el Parlamento español? La frase de Arrimadas que es ingeniosa, aunque mal formulada, sintetiza bien una cierta idea de país que tiene la derecha, heredera de la retórica franquista de la "unidad de destino en lo universal". Lo cierto es que los partidos que votaron la investidura de Sánchez se presentan a las elecciones porque cumple los requisitos constitucionalmente exigidos y sus votantes figuran en el censo de ciudadanos españoles con derecho a voto. Por el hecho de que la mayoría de ellos rechace la Constitución, o la consideren algo ajeno a ellos, por mucho que les pese, no dejan de ser ciudadanos de este país. En realidad, negándoles tal condición, nacionalistas e independentistas sienten la ensoñación de haber alcanzado sus últimos objetivos. Es, en definitiva, entrar en su juego. ¿Qué España quiere salvar Arrimadas? Esa idea de país de la derecha ajena a la realidad española.

Por poco que nos guste, el Frankenstein de Arrimadas también es España, forma parte de una realidad compleja, quebrada, conflictiva y, en los últimos años, con una peligrosa tendencia autodestructiva. Pensar que sólo somos españoles los que creemos en la España constitucional, es esconder la cabeza debajo del ala y negar la necesaria y patriótica tarea de recomponer el país en sus partes. La Constitución no es sólo la cuestión territorial o la Jefatura del Estado, ante todo es un marco de convivencia. Lo sabe bien Arrimadas y lo que verdaderamente debería preocuparle es que, si bien la convivencia comenzó a quebrarla el independentismo, ahora la vemos saltar por los aires todos los días a causa de la extrema polarización política, la crispación y el odio guerracivilista que distorsiona y envenena el debate y la conversación pública. Un ejercicio de demolición diaria de la convivencia al que contribuye de forma muy especial el gobierno de la Comunidad de Madrid, cogobernada por el partido de Arrimadas. Y a esa realidad, que parece sacada de un cuadro del Bosco, contribuye la líder de C´s estableciendo esa falsa dicotomía entre españoles y no españoles. Y yo que pensaba que sólo los independentistas se arrogaban la potestad de decidir quién es y quién no es catalán.

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