Quousque tamdem

Luis Chacón

luisgchaconmartin@gmail.com

Asesores monclovitas

Tanto asesor no augura nada nuevo. O elegimos a los más tontos para gobernarnos o a los más caciques

Tras leer que el presidente del gobierno ha configurado el equipo de asesores más nutrido de la historia de España, me reafirmo en esa idea de que un español es alguien a quien le das una gorra de plato y se cree Mariscal de Campo. O Almirante de la Mar Océana. Ya lo hizo el señor Sánchez con su gobierno Metro Goldwin Mayer -no sé si recordarán su viejo eslogan de Más estrellas que en el cielo-. Aunque no hubiera un solo céntimo presupuestado para ello, nombró cuatro ministros más. Y se quedó tan tranquilo. Así que el mismo candidato que presentó la moción de censura prometiendo que sólo estaría unos meses en el cargo -los necesarios para convocar elecciones y regenerar a España- le ha tomado gusto al puesto y ya se ve residiendo en la Moncloa hasta que el Manzanares sea navegable.

No sé si alguien habrá hecho el cálculo, pero si el ejecutivo con menos diputados en el Congreso es el que dispone del mayor número de asesores, igual es que hay una constante en nuestro sistema político. Algo así como k=E+n*A. Donde n es igual al número de amigos sin cargo público y A son los asesores que requiere colocar cada uno. Lo malo de esta idea es que se colige, como elemento sustancial de la misma, que k siempre tiende a infinito. Quizá la hipótesis sea aventurada, pero no me extrañaría que se confirmara en un análisis pormenorizado de todas nuestras administraciones públicas.

Siendo generosos, debemos aceptar que en un caso como este no resulta extraño que alguien, cuyo currículum profesional fuera de la política cabe sobradamente en un pósit de los pequeñitos, necesite asesores. Muchos. Sea para ayudarle en la labor de gobierno o para recomendarle qué gafas debe usar para aparecer interesante ante los votantes o cómo lucir joven y sano correteando por los jardines de la Moncloa. Lo que ya resulta poco edificante es el tradicional desprecio de los políticos españoles a los Cuerpos de altos funcionarios públicos que están ahí porque han ganado unas oposiciones más que exigentes. Algo menos democrático que ganar unas elecciones pero mucho más eficiente a la hora de gestionar un país. Tanto asesor no augura nada nuevo. O elegimos a los más tontos para gobernarnos o a los más caciques. O quizá, a una mezcla explosiva de ambos. Si nuestra respuesta es la primera, pensarlo nos lleva a la melancolía; si es la segunda, a la desilusión. Y la tercera, quizá, nos situaría donde estamos.

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