El zoco

juan lópez cohard

Aviso a navegantes

Esto va para largo, aunque con la Semana Santa las estadísticas del coronavirus parece que han iniciado la cuesta abajo. Como vienen diciéndonos incesantemente, la confinación está consiguiendo que hayamos llegado al pico de la curva y comience a descender el número de contagiados y el de finados, a la vez que se incrementa el número de curados. ¡Aleluya! Aunque, desgraciadamente, los caídos poco tienen que celebrar.

Está claro que estamos en unos momentos en los que solo atajar la pandemia debe importar, pero no es menos cierto que, aprovechando la pandemia, los políticos arriman el ascua a su sardina. Unos para atacar al Gobierno. Otros, los adeptos al Gobierno, maniobran para imponer sus postulados políticos al socaire del coronavirus.

Dicen algunos políticos que la crisis nos hará entender que muchas cosas han de cambiar y que tendremos que aprender a vivir de otra manera. Pero da la casualidad de que a la mayoría, según creo, lo que nos gustaría es volver a vivir como vivíamos. Y aquí aparecen las amenazas del poder que es al que realmente hay que temer. No olvidemos que un Estado de Derecho es aquel en el que el individuo está protegido por la ley frente al poder del Estado.

No estoy de acuerdo en absoluto con los que, en estos momentos, pretenden desgastar al Gobierno a costa de los contagiados, de los muertos y de los errores que se vienen cometiendo por parte aquel. Pero hay ciertos síntomas que nos están alejando de los cánones democráticos. Llevo desde que comenzó la crisis preguntándome: ¿De verdad tenemos libertad de prensa? Sin una prensa libre e independiente no hay democracia. ¿Cómo es posible que el gobierno de Pedro Sánchez haga la ronda de preguntas, en sus comparecencias, a través de un censor de preguntas y medios? Mi preocupación se ha visto aumentada cuando he leído que algunos grupos de prestigio han renunciado a asistir a tales comparecencias.

Pero aún hay una amenaza por parte de este Gobierno que me preocupa más. Cuando Ábalos, que es como un Maduro a la española con, más o menos, la misma formación que el venezolano, amaga con que el Gobierno asumirá un papel "más activo" en la economía, me viene un enorme tufo a doctrina bolivariana terciado por Iglesias, que es cómo un Evo Morales a lo Pancho Villa. ¿Qué se puede esperar de una intervención en la economía por parte de un Gobierno del que solo hay que ver la gestión que ha hecho en esta crisis para surtir de mascarillas, respiradores o test para atajarla? Si este Gobierno pretende aprovechar los sucesivos estados de alarma para colarnos con vaselina, ahora que no podemos salir de casa, medidas de control político y económico, mal lo llevamos.

De momento habrá que limitarse a llevar la mascarilla, pero con el ojo avizor puesto para que otras mascarillas, las políticas, no las puedan usar para encubrir otras intenciones que van mucho más allá de lo que dure esta pandemia. Es un aviso a navegantes.

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