La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Sin ti, sin vosotros

Los políticos parecen considerar a los ciudadanos coristas cuya función es que ellos se luzcan

El 29 de abril se alzarán los cierres de los comercios, abrirán los bares y empezarán a servir cafés, los niños irán a los colegios, se oficiarán misas en las iglesias, se desempaquetarán los nuevos libros llegados esa mañana y se dispondrán en los estantes de las librerías, los enfermos verán llegar las primeras luces del día que les liberan de las aprensiones de la noche, correrá el agua en las duchas, se dispondrán las hileras de los periódicos en los quioscos, abrirán los puestos de los mercados, olerá a café y a pan tostado, se llenarán las clases y las aulas, los neones de las plantas inmensas de los grandes almacenes se irán encendiendo por fases, uno tras otro, como un efecto dominó de luces blancas. E importará relativamente poco lo que haya pasado el 28. Sólo en la medida en que ayude o entorpezca el desenvolvimiento de la vida cotidiana cuyo mantenimiento en las mejores condiciones posibles para todos los ciudadanos es el objetivo prioritario, si no único, de la política.

Aislados en sus burbujas de poder, rodeados de asesores, pelotas y conmilitones de partido, y ahora presos en la espiral electoralista, los políticos parecen creer que la nación es un escenario y que la vida cotidiana de los ciudadanos conforma un coro anónimo que sólo existe para que ellos disfruten del poder y se exhiban. Alguien tiene que gobernar. Pero se agradecería más humildad, más eficacia y menos falsa profesionalidad en quienes han convertido la política en su único medio de vida tras ingresar en los partidos casi desde niños, como antes se hacía en los seminarios, para hacer carrera.

Cuando en My Fair Lady Eliza Doolittle se harta de la desdeñosa prepotencia del profesor Higgins le deja claro en la canción Whitout You(Sin ti) que él no es el principio y el fin de todo, que sin él la primavera seguirá llegando todos los años y la lluvia en Sevilla seguirá siendo una pura maravilla. Esto en la versión española en la que cantaba la estupenda dobladora de canciones María Teresa de las Heras. En la original, Eliza le decía al profesor Higgins: "No, my reverberating friend / You are not the beginning and the end / There'll be spring every year without you / Art and music will thrive without you...". Pues eso. Sin ti, sin vosotros, seguirá habiendo primavera, y cafés, y trabajos, y libros, y amores, y niños… Si no la j… demasiado, claro.

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