Se han cumplido cuarenta años de la aprobación de la revisión del PGOU de Málaga, un hito en la moderna historia de la ciudad. La Revista de Obras Públicas, editada por el Colegio Ingenieros de Caminos, lo recuerda en un número monográfico sobre Málaga. Aquella ciudad de finales de los setenta y principios de los ochenta y la de hoy son tan diferentes que para apreciarlo en su justa medida hace falta tener la edad suficiente para haber vivido aquella y esta ciudad. Uno de los principales pilares de ese cambio fue el plan de ordenación urbana aprobado en 1983. Málaga había duplicado su población en las dos décadas anteriores y todo ese crecimiento se había producido sin planificación: el Plan que redactó en los cincuenta don José González Edo, nunca entró en vigor por no responder al espíritu desarrollista del franquismo tecnocrático. El posterior Plan de primeros de los setenta era de muy difícil aplicación. La Málaga de principios de los ochenta era una ciudad desestructurada urbanísticamente, su enorme crecimiento lo habían soportado las vías históricas de entrada y salida de la ciudad, la de Cádiz, Almería, Ciudad Jardín, Camino de Antequera, etc.

La nueva ciudad se construía sin nuevas infraestructuras y sin una ordenación previa que diese coherencia urbanística a todo ese conjunto de nuevas barriadas, que surgían con enormes carencias. El Plan del 83 nació como respuesta al caos de la ciudad existente: era un Plan preocupado por la forma, por el rigor formal en el trazado de los nuevos ensanches, Teatinos y Litoral, como ejes del futuro crecimiento de la ciudad y de sus nuevas centralidades. Y también por la minuciosidad en el cosido del tejido de la ciudad descompuesta y por subsanar las carencias de servicios e infraestructuras de las barriadas. Un esfuerzo de planeamiento que cambió radicalmente la forma de entender la gestión y el desarrollo del urbanismo de la ciudad. Aquel trabajo codirigido por D. Quero, S. Peralta y J. Seguí fue merecedor del Premio Nacional de Urbanismo que certificaba la calidad del PGOU que sentó las bases del enorme cambio que se ha producido en nuestra ciudad. Conviene no olvidar de dónde venimos: también en aquellos años se inició el proceso de integración del Puerto en la ciudad, de la llegada del legado de la familia Picasso, de la peatonalización de Larios con la construcción del aparcamiento de la Marina, la transformación del litoral, la construcción del PTA, etc.

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