Beberse el mar

¿Qué ministro podrá reformar una Administración troceada en otras 17 distintas y en montones de privilegios inamovibles?

En uno de sus Episodios nacionales, Galdós contaba la historia de un ministro de Hacienda que intentó reformar la Administración y cambiar por completo el funcionamiento de la Hacienda pública, hasta que tuvo que dimitir porque todo el mundo le hizo la vida imposible. El hecho ocurrió en la época de Fernando VII, pero podría haber ocurrido en cualquier otro momento de nuestra historia, y probablemente ocurrirá también dentro de poco, cuando el Gobierno tenga que implantar las reformas que nos va a exigir Europa a cambio del dinero del rescate. Aquel ministro citado por Galdós, por cierto, era andaluz, de El Puerto de Santa María, y se llamaba Martín de Garay. "Y al fin entró -leemos en los Episodios- el célebre don Martín Garay, que más que hombre era una escuela, pues trajo al ministerio todo un plan e idea completa para reformar la Hacienda Pública, tarea equivalente a beberse el mar o a ponerse por montera el Moncayo". Don Martín de Garay duró dos años en el ministerio. Era una persona inteligentísima y trabajadora, uno de los pocos funcionarios públicos eficaces que había en España en su época, pero nadie le dejó trabajar en paz y nadie le permitió tocar los miles y miles de privilegios -el "qué hay de lo mío"- sobre los que se había edificado el laberíntico funcionamiento de la Administración pública de la España decimonónica (tan parecida, por otra parte, a la actual). Después de abandonar el ministerio, el pobre Garay se fue a vivir a Aragón y murió totalmente olvidado. Y mientras tanto, docenas, cientos, miles de tuercebotas ejercían su cargo dedicándose a la ingente tarea de empujar papeles con la nariz mientras se embolsaban sustanciosos sueldos públicos.

Me pregunto qué ministro o ministra actual va a tener que representar el papel que le tocó llevar a cabo al pobre Martín de Garay. ¿Quién será ese ministro, o ministra, que tenga que beberse el mar, por decirlo a la manera de Galdós? ¿Y cómo logrará reformar una Administración Pública troceada en 17 administraciones distintas y en montones de privilegios inamovibles? ¿Quién se atreverá con la universidad, y el sistema educativo, y el sistema de salud, y el sistema judicial? ¿Quién será capaz de recortar los privilegios de las lenguas autonómicas? ¿Quién, quién logrará beberse el mar, los siete mares, todos los océanos, el pobrecito?

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